Un aforismo es una oración o una frase que pretende funcionar como un principio de la vida, de la realidad. Los aforismos suelen ser concisos y tiene la pretensión de ser definitivos, de revelar una verdad detrás de los hechos y de enseñar a las personas a actuar conforme a esa información. A menudo, para hacer más vistosa y memorable la frase, se utilizan juegos de palabras, repitiendo términos, usando palabras que riman entre sí o poniendo en relación ideas análogas o contrarias. A los autores que se dedican a escribir aforismos con frecuencia o que escriben libros enteros o antologías con aforismos se les conoce como aforistas. El término aforismo proviene del griego aphorismos (ἀφορισμός), que se puede traducir como “distinguir”, “delimitar” o “definir”.
El origen de los aforismos se remonta al siglo VI a. C., cuando el filósofo y escritor griego Heráclito de Éfeso, apodado como El filósofo llorón o El Oscuro de Éfeso, escribió la obra Acerca de la naturaleza, compuesta de aforismos de todo tipo; aunque este texto no ha sobrevivido íntegro hasta nuestros días. En su época, este texto influenció a varios autores como Esquilo, Píndaro, Demócrito e Hipócrates, quien escribió sus famosos Aforismos. De hecho, este fue el primer autor en utilizar este término, en cuya obra presentó una serie de proposiciones acerca del diagnóstico y síntomas de enfermedades, así como de la medicina y la curación. De tal forma que el primer aforismo como tal que se conoce es que el inicia esta obra, que dice: «la vida es corta, arte largo, oportunidad fugaz, experiencia engañosa, juicio difícil».
Es necesario diferenciar los aforismos de los axiomas. Los primeros hacen referencia a sentencias que nacen a partir de la experiencia de quien los dice, y que se repiten y extienden debido a que la experiencia es compartida por muchas otras personas. En cambio, los axiomar son sentencias sobre verdades tan obvias que no necesitan comprobarse. Es por esta razón que los aforismos son utilizados en la vida cotidiana y en distintas disciplinas sin que componer por sí mismos una teoría o una estructura mental. Así, los podemos encontrar en la medicina, la literatura, la política, la arquitectura, el arte, la jurisprudencia y la agricultura, entre otras áreas del conocimiento. Por su parte, los axiomas fueron desarrollados por los matemáticos helenísticos como una serie de premisas evidentes sobre las cuales se construían proposiciones y, más tarde, hipótesis y teorías.
El aforismo comparte ciertos elementos con otras expresiones breves y doctrinales, como las siguientes:
Algunos de los ejemplos más famosos de aforismos son:
Algunos de los aforistas más conocidos son:
Alexander Woollcott, Ambrose Bierce, Andrzej Majewski, Arthur Schopenhauer, Benjamin Franklin, Burcardo de Worms, Desiderius Erasmus, Don Juan Manuel, Dorothy Parker, Edmond Jabès, Emil Cioran, Faina Ranevskaya, François de La Rochefoucauld, Friedrich Nietzsche, George Bernard Shaw, Georges Bataille, Gustave Flaubert, Jean Baudrillard, Joseph Joubert, Karl Kraus, Lao Tze, Lev Shestov, Malcolm de Chazal, Mikhail Turovsky, Nicolás Gómez Dávila, Óscar Wilde, Patanjali, Petar II Petrovic-Njegos, Seneca el Joven, Stanislaw Jerzy Lec, Theodor W. Adorno, Voltaire y Wasif Ali Wasif.
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