¿Cuáles son los axiomas de la comunicación?

Los axiomas son las verdades evidentes que no necesitan demostrarse por su propia obviedad. Esta palabra proviene del vocablo griego αξιωμα, que puede traducirse como “lo que parece justo”. Así, dentro de la comunicación, ya sea verbal (escrita o oral) o corporal (tono de voz, gesticulación, postura, etc.), el psicólogo austriaco de nacionalidad estadounidense Paul Watzlawick señaló cinco axiomas del lenguaje en su investigación Teoría de la comunicación humana. De esta manera, desde una visión constructivista-sistémica, el lenguaje está regido por estos cinco axiomas:

La imposibilidad de no comunicar: este axioma señala que todas las personas del mundo tienen un comportamiento, una conducta, por lo cual todas las personas están comunicando algo. De tal manera que la incomunicación es imposible. Así, por ejemplo, si un empleado ha cometido algunos errores en su trabajo y su jefe nunca le ha dicho nada al respecto, el empleado pensará que este, con su ausencia, le está comunicando que está haciendo las cosas bien.

Las relaciones humanas y los niveles de contenido: según reza este axioma, toda comunicación entre dos personas está conformada por dos elementos que intervienen en su significado: el contenido del mensaje y la relación previa que hay entre los interlocutores. De esta forma, la relación que haya entre el emisor y el receptor alterará la interpretación del mensaje. Así, por ejemplo, no es lo mismo que un jefe le pregunte a su empleado “¿cómo va todo?”, a que se lo pregunte su padre o su esposa.

La puntuación en la secuencia de hechos: según este axioma, en la comunicación entre dos personas siempre habrá dos roles: uno que cuenta con la iniciativa y otro que actúe en respuesta a su interlocutor. No obstante, según señala Watzlawick, no hay un acuerdo entre las personas sobre qué rol debe tomar cada una en una conversación, por lo cual muchas veces la comunicación puede ser confusa y torpe. De todas formas, es necesario aclarar que los roles no son permanentes, sino que mutan a lo largo de la comunicación, pasando de uno a otro.

Comunicación analógica y digital: este axioma hace referencia a los elementos no verbales que ocurren en la comunicación y que tienen un gran impacto sobre esta, modificando su sentido. Por ejemplo, si una madre le dice a su hijo “me parece muy bien lo que acabas de hacer” con una sonrisa en el rostro, con palabras suaves y un abrazo, el mensaje es de felicitación; mientras que si lo dice con una expresión de furia, un tono fuerte y con los brazos cruzados, parecerá un regaño irónico. De esta manera, aunque el mensaje verbal sea el mismo, su sentido se ve modificado por el lenguaje corporal y el tono de voz.

Interacción complementaria y simétrica: este axioma hace referencia a las relaciones de poder que existen entre los interlocutores. Esta relación puede ser de iguales, como ocurriría entre dos colegas, dos estudiantes o dos trabajadores con el mismo cargo; o puede ser de subordinación, como ocurre entre los padres y los hijos, entre estudiantes y profesores, y entre trabajadores y jefes. De esta forma, la comunicación puede ser simétrica, como ocurre en el primer caso; o complementaria, como ocurre en el segundo.