Los cuerpos de los seres vivos sólo pueden sobrevivir dentro de un intervalo de temperaturas limitado. Las temperaturas elevadas pueden llegar a dañar a las enzimas que dirigen las reacciones químicas fundamentales para la vida. Las temperaturas bajas igualmente son peligrosas debido a la reacción de las enzimas se vuelven más lentas conforme al descenso de temperatura. Además, las temperaturas bajo cero dentro del cuerpo suelen ser mortales, porque los cristales de hielo que se forman, pueden ocasionar la ruptura de las células. Por fortuna, el agua tiene propiedades importantes que frenan los efectos del cambio de temperatura. Dichas propiedades ayudan a mantener los cuerpos de los diferentes organismos dentro de los límites de temperatura permisibles. Asimismo, los cuerpos de agua como los grandes lagos, y los océanos ejercen un efecto moderador sobre el clima de las tierras cercanas, las hacen menos frías en invierno en las regiones con estaciones o más frescas en época de sol.

Calentar el Agua Requiere de Mucha Energía

La energía que se necesita para elevar en 1°C la temperatura de un gramo de una sustancia es un (calor específico). Debido a su naturaleza polar y sus puentes de hidrógeno, el agua posee un calor específico muy alto y, por consiguiente, modera los cambios de temperatura.

La temperatura manifiesta la rapidez de las moléculas; cuanto más alta sea la temperatura, mayor será su rapidez promedio. Es decir, si en un sistema ingresa energía en forma de calor, las moléculas de ese sistema se desplazarán más rápidamente y se incrementará la temperatura del sistema. Hay que anotar que las moléculas de agua individuales se encuentran débilmente enlazadas entre sí mediante puentes de hidrógeno. Cuando se entra en calor en un sistema acuoso como en un cuerpo de agua o en una célula viva, gran parte de esa energía calorífica se consume primeramente rompiendo petes de hidrógeno, y no acelerando moléculas individuales. Por ello, es necesario más energía para poder calentar agua que la misma cantidad de la mayoría de las demás sustancias. Por ejemplo, una (caloría) de energía, eleva 1°C la temperatura de un gramo de agua; mientras que sólo se requiere 0,02 calorías para poder calentar a esa temperatura 1 gramo de roca común, como el mármol. Así, la energía necesaria para calentar una libra de agua, es decir, 454 gramos o casi medio litro, tan sólo elevaría 50°C la temperatura de roca. Por tal razón, si un reptil desea calentarse, buscará una roca, en vez de un pequeño charco, ya que luego de estar expuesto a la misma cantidad de calor del sol, la roca estará mucho más caliente. Puesto que el cuerpo humano es su gran mayoría está compuesto por agua, una persona que se expone mucho al sol puede absorber mucha energía térmica sin elevar demasiado su temperatura corporal.