La etnografía es una técnica de investigación propia de la antropología cultural y social que estudia de forma sistemática la cultura de una comunidad a través de sus expresiones e interacciones sociales. La etnografía requiere un trabajo de campo, en el cual el investigador participa con la comunidad estudiada de sus prácticas sociales, contrastando el discurso que se tiene sobre estas y su ejecución. Para lograr un análisis de dichas prácticas, el investigador debe renunciar a todos sus prejuicios sobre el objeto de estudio, pues podrían contaminar su interpretación de los hechos. En un comienzo, los estudios etnográficos se dedicaron a analizar las prácticas y los mitos de comunidades aborígenes. En la actualidad, la investigación etnográfica se aplica a cualquier grupo social que se quiere conocer mejor.
La investigación etnográfica busca descifrar los significados detrás de las interacciones sociales de una comunidad, que configuran su visión de mundo (cosmovisión). Para ello, el investigador debe sumergirse en la comunidad, sin tratar de aplicar una estructura de conocimiento predeterminada a las prácticas culturas, sino tratando de desvelar desde dentro el significado de los símbolos, mitos, creencias, genealogías, costumbres, lenguaje e historia de una comunidad. Para llegar a este conocimiento, el etnógrafo puede consultar a la misma comunidad, pidiéndole explicaciones o pregunta por el sentido de las acciones culturales, en lugar de comparar las prácticas de una localidad con las de su propia cultura. Muchos investigadores etnográficos han mostrado su predilección por los métodos cualitativos en lugar de los métodos cuantitativos, pues las estadísticas y los números pueden simplificar las relaciones humanas.
El término etnografía proviene de los vocablos griegos ethnos (ἔθνος), que puede traducir “pueblo” o “nación”, y graphein (γράφειν), que traduce “escritura”. Este concepto fue acuñado por el historiador alemán Gerhard Friedrich Müller durante la Segunda Expedición Kamchatka, realizada entre 1733 y 1743 en el extremo oriental de Siberia. Este término después fue introducido al léxico académico por los historiadores August Ludwig von S_chlözer y Christoph Wilhelm Jacob Hatterer de la Universidad de Göttingen. Aun así, los antecedentes de la etnografía se pueden rastrear desde la antigüedad, con los trabajos del historiador griego Heródoto sobre pueblos distantes del mundo helénico, como los escitas y los egipcios. Durante la conquista de América y de Australia también se realizaron estudios sobre las comunidades que habitaban en estos lugares.
A pesar de que el método etnográfico ha sido ampliamente utilizado para estudiar una cultura porque promueve un punto de vista sin prejuicios y, por ende, mucho más rico que el de otros métodos de investigación; también presenta varias limitaciones. Por ejemplo, el investigador sólo puede llevar a cabo su trabajo si se gana la confianza de la comunidad, aunque también existe el caso de que la comunidad lo engañe y le muestre la realidad social del grupo de forma parcial. También puede ocurrir el caso en el que el investigador llegue a identificarse tanto con la comunidad que pierda su perspectiva como observador del exterior, convirtiéndose en un miembro más. Además de esto, la investigación sólo puede llevarse a cabo en grupos pequeños, pues el investigador no puede abarcar grandes poblaciones.
Más allá de las consideraciones anteriores, es necesario que se haga una distinción entre etnología y etnografía, dos términos que muchas veces suelen confundirse. El primero hace referencia al estudio comparado de las comunidades y culturas contemporáneas basadas en información documental; la segunda hace referencia a un estudio empírico dentro de una sociedad, comunidad o tribu. Aun así, algunos autores sostienen que ambas disciplinas se complementan, pues mientras la etnografía ofrece explicaciones e interpretaciones a situaciones concretas, no tiene la capacidad de sostener una hipótesis. Es por ello que, para sostener una, se debe recurrir a un estudio comparado con muestras representativas de sociedades. Este último paso conlleva un análisis comparado espacial y otro temporal, conocido como etnohistoria.
Dentro del vocabulario técnico de la etnografía tienen gran importancia los siguientes términos:
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