¿Qué es la gentrificación?
La gentrificación es la transformación y acondicionamiento de una zona urbana que se encuentra en declive por la llegada de personas con mayor poder adquisitivo. Estas toman las viviendas que se encuentran deterioradas por sus actuales ocupantes y las remodelan para vivir ahí o para ponerlas en alquiler, con lo cual el costo de vida de la zona aumenta considerablemente. Mientras tanto, los antiguos residentes, que no pueden mantenerse en el lugar por el incremento de los precios, deben migrar a zonas periféricas donde la vida sea más barata. Este tipo de procesos urbanísticos son propios de las ciudades que experimentan un fuerte crecimiento económico o que son atractivas para los turistas. El término gentrificación proviene del neologismo inglés gentry, usado históricamente en las sociedades anglosajonas para hacer referencia a una clase social compuesta por la baja y la media nobleza. Por tanto, correspondería a los hidalgos de la sociedad española o a los plebeyos con propiedades.
En la mayoría de los casos, los lotes y las viviendas en decadencia son compradas por inversionistas para construir edificios de apartamentos y así conseguir una mayor ganancia. Esto viene acompañado de la construcción y apertura de tiendas de cadena y centros comerciales que terminan asfixiando y reemplazando a los pequeños negocios locales. Por tanto, la gentrificación no sólo es un proceso ligado a los aspectos físicos del espacio, sino también a las dinámicas sociales y económicas del mismo. Estos procesos se originan usualmente cuando las personas que tienen cierto nivel adquisitivo descubren un barrio pobre que, pese a sus condiciones, ofrece una buena relación entre el precio y la calidad y la ubicación del sitio dentro de la ciudad. Así, los barrios gentrificados usualmente están cerca de los polos de empleo, en zonas lejos de barrios con índices de delincuencia o alguna otra ventaja.
La gentrificación está estrechamente relacionada con el posfordismo, cuando surgieron los empleados de “cuello blanco” que trabajan en el sector de los servicios; y con la migración de las zonas rurales a las urbanas, cuando las primeras dejaron de estar dedicadas a las actividades agrícolas y pasaron a convertirse en destinos turísticos y residenciales. No obstante, la gentrificación no ocurre en el mismo periodo en el que se da la renovación urbana, cuando las ciudades se ensancharon en favor de la burguesía urbana y gracias a la administración pública al emergente sector inmobiliario privado, que no se encontraba tan desarrollado para la época. Por tanto, se tiene que la renovación urbana responde a la creación de las ciudades capitalistas industriales modernas, mientras que la gentrificación se ha encargado de desmantelarlas, según anotan Daniel Jierneaux-Nicolas y Hélène Rivière d’Arc en una investigación sobre la urbanización de París.
En la actualidad, los procesos de gentrificación son más equilibrados que antes y en muchas ocasiones los antiguos habitantes, con menor capacidad adquisitiva que los nuevos, siguen residiendo en la zona. Así, se pueden encontrar construcciones modernas y antiguas conviviendo en estos nuevos espacios urbanos. En estos casos, se anota que la gentrificación es positiva para la población del barrio en cuestión. No obstante, la modernización de las viviendas implica un aumento en los alquileres, lo que lleva al desplazamiento de personas. En otros casos, las personas venden sus viviendas voluntariamente para apoyar la gentrificación y desplazarse por su propia cuenta. La vivienda entonces es remodelada y su precio aumento. Las personas más afectadas por la gentrificación son las nuevas generaciones de los primeros habitantes, que se ven incapacitados para comprar una residencia en su barrio o zona de origen por el alza de los costes.
Los primeros procesos de gentrificación se realizaron en Inglaterra durante el siglo XIX, en plena revolución industrial, y se intensificaron en los países desarrollados durante la segunda mitad del siglo XX, con el fortalecimiento del sistema capitalista. Si bien el concepto fue definido por Ruth Glass en 1964 en un estudio sobre los procesos de urbanización de Londres, sus implicaciones fueron descritas finalmente por Michael Pacione en 1990, redefiniendo el concepto tal y como se entiende en la actualidad. Este último investigador señaló tres etapas del proceso de gentrificación: la primera consta del abandono del lugar por las clases bajas; la segunda consiste en la repoblación del lugar por clases medias-altas; y la última implica la revitalización económica de la zona.