¿Qué es el gerundio?

El gerundio es una de las formas de conjugación verbal, presente en el español y en muchos otros idiomas. Su intención es la de hacer referencia a una acción que no está determinada por el tiempo, ni el número ni el modo. Es por ello que se le cataloga como un verboide, junto al infinito y el participio. La palabra gerundio proviene de la palabra latina gerundum, que puede traducirse como “llevarse a cabo”, y que proviene del vocablo gerere, que puede traducirse como “llevar a cabo”.

Durante el siglo XIX y el siglo XX, el gerundio fue objeto de debate por parte de múltiples gramáticos e intelectuales. Por ejemplo, Andrés Bello, lingüista venezolano, decía que debía dejar de usar porque deslucía el castellano moderno; Niceto Alcalá Zamora, opinó que el gerundio debería usarse con moderación; Rufino José cuervo y Emilio Alarcos Llorach, creían que esta forma verbal debería usarse sólo en casos específicos, como el de posteridad. Por su parte, autores como Eduardo Benot promulgaban que el gerundio no debería restringirse, pues ayuda a romper la monotonía de los discursos.

El gerundio puede construirse de dos maneras: una simple, que implica un solo verbo terminado en –ando, -endo o –iendo; y una compuesta, aunando un verbo con un el verbo auxiliar “haber” en gerundio, como “habiendo corrido”, “habiendo esperado”, “habiendo escuchado”, etc. En algunos casos, se utilizan dos gerundios seguidos. Esto, aunque no visto por las academias como incorrecto, si se ve como poco elegante. Por ejemplo: “estando comiendo”.

¿Cuáles son los usos del gerundio?

Los principales usos del gerundio son:

Acción previa: puede usarse para hacer referencia a una acción previa. Por ejemplo: habiendo esperado toda la noche, sorprendió al lobo cuando este vino por sus ovejas.

Acción simultánea: puede usarse para hacer referencia a una acción que está ocurriendo en el momento en el que se enuncia. Por ejemplo: caminando por la autopista.

Acción posterior: puede usarse para hacer referencia a acciones posteriores al verbo principal de la oración, aunque su uso no es recomendado. Por ejemplo: el artefacto estalló alrededor de las cuatro, dejando un saldo de tres heridos y cuatro muertos.

Condicional: puede usarse para sustituir la conjunción condicional “si”. Por ejemplo: apostando de esa manera no conseguirás nada bueno.

Causal: puede usarse para explicar una posible pregunta formada por un “por qué”. Por ejemplo: consiguió todo lo que tiene trabajando muy duro todos los días.

Concesivo: puede usarse para subordinar una frase a otra. Por ejemplo: incluso estando tú ahí, entraré por esa puerta.

Modal: puede usarse como equivalente de un complemento circunstancial de modo, respondiendo a un “cómo”. Por ejemplo: pude escapar atravesando el río.

Conclusión: puede usarse para una resolución o un sumario. Por ejemplo: concluyendo, todo lo anterior nos lleva a una sola respuesta.