Como insectos sociales se conocen a todos los organismos de la clase insecta que se organizan en pequeñas sociedades, por lo general en colonias y colmenas que, dada su organización y genética similar entre sus miembros, son consideradas muchas veces como superorganismos. Dentro de esta categoría pueden encontrarse insectos como las hormigas, las termitas, las avispas, los abejorros, los pulgones y las abejas. No obstante, esta característica no es exclusiva de los insectos, pues puede encontrarse en topos e incluso en animales marinos. De igual forma, pueden encontrarse insectos solitarios que ni siquiera llegan a conocer a sus crías. Este sistema de vida social se conoce dentro de la biología como eusocialidad, término acuñado por la bióloga estadounidense Suzanne Batra en 1966 para describir el comportamiento de las abjeas pertenecientes a la familia Halictidae. El concepto luego fue precisado por Edward Osborne Wilson en 1971, extendiéndolo a otro tipo de organismos.
Las principales características de los insectos sociales son las siguientes:
Los insectos sociales pueden clasificarse, según los diferentes comportamientos de los individuos, en:
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