Con el nombre de «Niños Héroes» se conoce a un grupo de seis cadetes que lucharon en la Guerra entre México y Estados Unidos defendiendo el Castillo de Chapultepec, donde finalmente moriría el 13 de septiembre de 1847. A pesar de que se les conoce como niños, la mayoría eran más bien jóvenes cercanos a la mayoría de edad. En la actualidad, varios de ellos podrían ser considerados adultos incluso. Además de esto, varios acontecimientos fueron tergiversados por el militar Porfirio Díaz con fines nacionalistas, dando lugar a una narración que combina mito e historia. Aun así, el 27 de septiembre de 1952 se inauguró el monumento a los Niños Héroes en el que es hoy el Paseo de la Reforma, donde se erigen seis columnas que llevan en su punta los restos de cada héroe contenidos en una urna. Más tarde, se emitió entre 1981 y 1989 un billete de 5000 pesos con su imagen. Entre 1994 y 1995 se emitió una moneda de 50 pesos hecha en plata que tenía en el anverso a los Niños. En 1947, el presidente estadounidense Harry S. Truman
Todo comenzó tras el comienzo de la Guerra Mexicana-Estadounidese (1846-1848), que tuvo su origen en la Independencia de Texas entre 1835 y 1836, y su posterior anexión a los Estados Unidos de América en 1845. Luego de esto, el gobierno mexicano rompió relaciones con Estados Unidos, por lo que este último país envío tropas al río Bravo para defender la anexión de Texas. Luego de que México rechazara vender Texas, el gobierno estadounidense realizó toda clase de artimañas para ocupar el territorio mexicano, como la toma de San Francisco y la inmigración mormona al Lago Salado. Ante el incremento de la tensión entre ambas partes, la guerra fue declarada el 25 de julio de 1846 por parte de EE. UU., apoyando los levantamientos de emigrantes ilegales en distintos territorios al norte de México para consolidar estados independientes que luego serían anexados. Además de esto, los estadounidenses enviaron tropas a las ciudades Monterrey y México y tomaron el puerto de Veracruz.
Por aquella época, la ciudad de México se encontraba fortificada por canales y puertas que estaban en regiones pantanosas, salvo el cerro de Chapultepec, donde funcionaba un almacén de pólvora y un Colegio Militar. Dado que este punto sería inminentemente atacado, el coronel Nicolás bravo ordenó que se desalojara la fábrica de pólvora y que todos los cadetes evacuaran las instalaciones del colegio. La mayoría de estos, que tenían edades entre los 13 y los 19 años, evacuaron tal y como les ordenaron; mientras que otros 46 se quedaron a luchar. Estos fueron apoyados por algunos cadetes que se acababan de graduar y algunas personas de la administración del plantel, como profesores, instructores e incluso el director. Mientras tanto, los alrededores del cerro y del bosque de Chapultepec fueron fortificados por hombres de Antonio López de Santa Anna
Por su parte, los estadounidenses se apoderaron del palacio del Ex Arzobispado que se encontraba en Tacubaya y lo convirtieron en su centro de operaciones. En este lugar realizaron el proceso marcial contra el Batallón de San Patricio, conformado por cientos de inmigrantes europeos que hacían parte del ejército de México; y el 11 de septiembre avanzaron hasta la casamata que estaba al oeste del bosque. Al día siguiente, las fuerzas de EE. UU. Bombardearon el Castillo de Chapultepec y el 13 rodearon este por el sur y el oeste del cerro. En horas de la tarde, al avanzar hasta la Garita de Belén, los estadounidenses fueron sorprendidos por los hombres de Antonio López de Santa Anna, quienes se habían extendido por la Ciudadela; pero estos mismos luego se irían del lugar tras una orden de su comandante. Fue así como el Castillo finalmente cayó en manos de los enemigos. En este acontecimiento habrían muerto los siguientes seis cadetes, conocidos ahora como los Niños Héroes: Francisco Márquez Paniagua, de 12 años de edad; Vicente Suárez, de 14 años; Agustín Melgar, de 18 años; Fernando Montes de Oca, de 18 años; Juan de la Barrera, de 19 años; y Juan Escutia, de 20 años.
Uno de los mitos más extendidos, más allá de la denominación de “niños”, es una historia según la cual uno de los cadetes, que a veces es Juan de la Barrera y otras veces es Juan Escutia, se envuelve en la bandera mexicana que encabezaba el Colegio Militar y se lanza desde lo alto para que esta no sea tomada por el enemigo. No obstante, esta historia resulta apócrifa, pues la bandera del Colegio reposó en la Academia Militar de West Point hasta 1952, cuando Estados Unidos la devolvió para la inauguración del Altar a la Patria. Lo más probable es que el mito haya surgido a raíz del poema épico de Manuel Raz Guzmán, en el cual dice que Agustín Melgar se envolvió en la bandera y se enfrentó a los invasores; aunque su escritura simbólica fue tomada como literal. En 1947, se encontró en la ladera sur una fosa común con seis cuerpos, los cuales fueron relacionados con los Niños héroes, a pesar de que esto no fue confirmado. Así, estos restos pasaron a lo alto del monumento a los Niños Héroes, mientras que en el lugar donde se hallaron los cuerpos se instaló una placa conmemorativa.
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