¿Qué es el problema del ser y el deber ser?

El problema del ser y el deber ser, también conocido como la guillotina de Hume, la ley de Hume o la brecha entre los hechos y los valores, es una cuestión metaética que busca diferenciar los enunciados descriptivos o afirmativas, los cuales indican que algo es, de los enunciados prescriptivos o normativos, los cuales indican que algo debe ser. Este problema es analizado por David Hume en el tercer libro de su Tratado sobre la naturaleza humana, de 1739. En él, el autor previene al lector y a los autores para que identifiquen de qué forma lo que debería ser deriva en algo que es, pues tal derivación no resulta lógica.

«No puedo evitar añadir a estos razonamientos una observación que quizás puede tener alguna importancia. En cada sistema de moralidad que he observado hasta ahora, encuentro siempre que el autor procede algunas veces en la forma ordinaria de razonamiento, y establece la existencia de Dios, o hace observaciones sobre asuntos humanos, cuando de repente soy sorprendido porque, en vez de las usuales copulaciones de proposiciones «es» o «no es», me encuentro con proposiciones ninguna de las cuales no está conectada con un «debe» o «no debe». Este cambio es imperceptible, pero es sin embargo de consecuencias últimas; porque como este «debe», o «no debe», expresa alguna nueva relación o afirmación, ésta debe necesariamente observarse y explicarse; al mismo tiempo debe darse una razón para algo que parece completamente inconcebible: cómo esta nueva relación puede ser una deducción de otras que son completamente diferentes de ella. Pero como los autores no toman comúnmente esta precaución, debo intentar recomendarla a los lectores; y estoy persuadido que esta pequeña atención subvertiría todos los sistemas vulgares de moralidad; y permite ver que la distinción de vicio y virtud no se encuentra simplemente en las relaciones entre objetos, ni es percibida por la razón». (Hume, D. Tratado sobre la naturaleza humana, Libro III, Parte I, Sección I)

Si tomáramos el siguiente ejemplo:

  • Calígula es cruel.
  • Calígula debe ser cruel.

Dentro de la lógica deóntica, podríamos derivar una oración en otra introduciendo una premisa:

  • Todos los emperadores deben ser crueles.
  • Calígula es un emperador.
  • De tal forma que Calígula debe ser cruel.

No obstante, al añadir esta premisa, tendríamos que encontrarle una justificación a la afirmación según la cual todos los emperadores deben ser crueles. Ello derivaría en una nueva premisa y así ad infinitum. A este primer problema de Hume, Nicolás Zavadivker le agrega que, incluso si las afirmaciones de orden fáctica (ser) derivaran en enunciados normativos (deber ser), las primeras no podrían encarnar la moralidad que exigen los segundos, pues las descripciones son axiológicamente neutrales. Otros autores como Kant, Hilary Putnam, Stephen Toulmin, Michael Smith y Mario Bunge han hecho aportaciones a la cuestión, siendo una de las más relevantes la solución propuesta por John Searle en 1964. Este afirmó que el hacer una promesa derivaba en la obligación de cumplirla. Por ejemplo:

  • Juan prometió pagarle 10 dólares a Miguel.
  • Juan debe pagarle 10 dólares a Miguel.

Algunos otros contraejemplos son los siguientes:

  • Camilo es el capitán de un barco.
  • Camilo debe hacer lo que hace un capitán de un barco.
  • Este reloj es inexacto y es incómodo.
  • Este debe ser un mal reloj.