Toda nuestra vida sensible, consciente e inconsciente, se desarrolla a través del sistema nervioso. En él se originan y transmiten, no sólo nuestras sensaciones, sino también nuestros pensamientos, decisiones y el control de nuestros movimientos y nuestros actos.
Activado sin cesar por electricidad. El sistema nervioso es la principal, red de comunicación y coordinación del cuerpo. Es tan vasto y complejo que, según una estimación prudente, si todos los nervios del cuerpo se unieran por sus extremos podrían dar dos vueltas y media al mundo.
El sistema nervioso comprende tres subsistemas que difieren por su anatomía y su función. El sistema nervioso central (SNC), ocupa el centro de la estructura y de las funciones corporales: se componen del encéfalo y de la médula espinal que recorre el interior de la columna vertebral. Desde el sistema nervioso central, se ramifican 43 pares de nervios: 12 desde el encéfalo y 31 desde la médula, que tras dividirse entre los órganos y los tejidos e infiltrarse en cada diminuto rincón o ranura, forman el sistema nervioso periférico (SNP). Mientras que el SNC coordina y toma decisiones, el SNP envía la información sobre las entradas sensoriales y recibe instrucciones para accionar músculos y glándulas. El tercer componente es el sistema nervioso autónomo (SNA), que tiene algunos elementos situados en el SNC y comparte algunos nervios con el SNP. El sistema nervioso autónomo también tiene sus propias cadenas nerviosas a lo largo de la médula espinal y su función es principalmente “automática”, ya que rige actividades como el control de la presión sanguínea y el ajuste del ritmo cardiaco de las que rara vez somos conscientes.
El recordar una cara, sentir resolver un rompecabezas o enojarse es posible, por el cerebro, es el centro del control del sistema nervioso y del cuerpo. Su importancia radica en que representa el 2 por ciento del peso del cuerpo y solo se utiliza el 20 por ciento de su energía. La parte más larga del cerebro, el cerebrum, da a las personas el pensamiento consciente y la personalidad. Las áreas sensoriales de la corteza, la más delgada capa del cerebro, reciben energía de los sensores, tales como los ojos. Las áreas motoras de la corteza mandan instrucciones a los músculos y a otros órganos mientras que las áreas de asociación analizan y guardan los mensajes que permiten pensar, entender, recordar. Las otras dos principales dos principales áreas del cerebro, el cual controla el balance y coordina los movimientos y el tronco cerebral, lo que permite regular las funciones esenciales como el número de latidos del corazón y la cantidad de respiraciones.
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