Un texto expositivo es una construcción textual formada completamente, o en su mayoría, por la modalidad textual expositiva. Así, su intención es la de mostrar una información, un concepto, una idea o unos acontecimientos sin argumentar una postura a favor o en contra. Los textos expositivos son empleados usualmente para informar a un público general sobre cierta temática, aunque también los hay sobre temas especializados. De esta forma, se diferencia entre textos divulgativos, que son aquellos que pueden ser fácilmente reproducidos oralmente; y textos especializados, que desarrollan conceptos científicos y teóricos sin llegar a la argumentación, por lo que usualmente son escritos. Dada su función de entregar información de forma clara y precisa, los textos expositivos están presentes en múltiples ámbitos de nuestra vida, como la escuela, la universidad, los centros de salud, las instituciones del Estado, etc.
Usualmente los textos expositivos se escriben de las siguientes maneras:
Inductiva: también conocida como estructura sintetizante, es aquella que inicia exponiendo unas ideas particulares para luego llegar a un concepto universal que lo englobe todo.
Deductiva: también conocida como estructura analizante, es aquella que inicia exponiendo el gran tema primero para luego ir presentando las ideas y conceptos que salen de este.
Encuadrada: es aquella estructura en la que el tema se presenta al inicio y luego se desarrolla a lo largo del texto, para llegar a una conclusión que refuerce o modifique la idea del comienzo.
Paralela: es aquella estructura en la que se presentan dos o más temas al mismo tiempo, relacionándolos entre sí sin darle mayor importancia a uno sobre otro.
Para escribir un texto expositivo, es necesario primero elegir el tema de la exposición, delimitando y comprendiendo sus partes. Luego de ello, hay que pensar en qué estructura se le piensa dar al texto (inductiva, deductiva, encuadrada o paralela), organizando la información en párrafos para que el conjunto guarde cierta coherencia y sea fácil de leer
Algunas de las principales características de un texto expositivo son:
Claridad: una de las principales características de un texto expositivo, es su claridad. Este tipo de textos no suelen tener divagaciones ni ambigüedades, pues su función es informar claramente sobre algo.
Precisión: para poder exponer adecuadamente un tema, es necesario que la información y los términos empleados sean precisos, sin que quede lugar a la duda.
Tiempo: usualmente, el texto expositivo emplea el modo indicativo, principalmente el pretérito imperfecto.
Conectores: para conectar las múltiples ideas expuestas a lo largo del texto, se recomienda el uso de conectores. Así el lector no perderá la relación causa-efecto entre las frases y los párrafos.
Recursos textuales: para facilitar la transmisión de información, los textos expositivos hacen uso de comparaciones, enumeraciones, definiciones y ejemplos.
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