¿Qué es la propiedad privada?
La propiedad privada es el término que hace referencia al derecho que poseen las personas y las empresas a controlar, obtener, heredar y disponer de unos determinados bienes o capital. En contraposición, la propiedad pública son los bienes de los que dispone el Estado y la ciudadanía en general. Así, la propiedad privada son las propiedades que pertenecen a unos dueños específicos, pudiendo estos ser territorios, viviendas, automóviles, aparatos tecnológicos, etc. Pese a que la propiedad privada ha desplazado a la propiedad feudal, los gremios, los sistemas de talleres de trabajo y las producciones artesanales, aquello que puede y no puede ser propiedad privada ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Ejemplo de ello es la abolición de la esclavitud. Antes de su constitución universal, las personas podían ser propiedad de otras.
Aunque la propiedad privada se suele asociar con el liberalismo, lo cierto es que puede encontrarse en las primeras sociedades primitivas. Así, las primeras tribus disponían de unos territorios para cazar, pescar y cultivar, que no estaban dispuestos a compartir con otras personas. El concepto de propiedad puede encontrarse en Platón y en los años siguientes hasta la Edad Media, especialmente en referencia a una propiedad terrenal. Ya con la Revolución Industrial, durante el surgimiento de las grandes empresas europeas del siglo XVII, el término de propiedad privada fue acuñado y empleado comúnmente. A partir de aquí, se generaron debates acerca de lo que era la propiedad y a quién le correspondía.
De esta forma, John Locke afirmó que poseer era un derecho natural que Dios no le había dado únicamente a la monarquía, sino que poseía independencia del gobierno. Este autor inglés fue uno de los primeros pensadores en hacer una distinción entre la propiedad común, abierta a todas las personas, y la propiedad para la producción. Por su parte, Adam Smith promulgó que el derecho a la propiedad era un derecho adquirido y que su naturaleza debía configurarse de acuerdo al gobierno imperante, pues había interdependencia entre ambos. De manera que una de las funciones del gobierno debería ser la de proteger el derecho a la propiedad.
Por otro lado, los socialistas, encabezados por Karl Marx, criticaron la propiedad privada, señalando que desposeía a las personas que no tuvieran capital y consolidaba una sociedad diferenciada en clases sociales. Como solución, abogaban por la propiedad social, que debería ser propia de todas las personas de una comunidad, mejorando los procesos de producción y aboliendo los sistemas de clases.