¿Qué es la revolución verde?
La revolución verde es el concepto con el cual se conoce al incremento y desarrollo de la producción agrícola ocurrida en Estados Unidos entre las décadas de 1960 y 1980, la cual se ha extendido también distintas fechas a otros países, principalmente en los que se encuentran en vías de desarrollo. El término fue acuñado en 1968 por el entonces director del USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), William Gaud. La revolución está ligada a la implementación de nuevas tecnologías y técnicas para mejorar la producción, como fueron la mecanización de los procesos, el empleo de plaguicidas, fertilizantes y modernos sistemas de riego, y el cultivo de distintos cereales de alto rendimiento, como el arroz, el trigo y el maíz. Estos esfuerzos nacieron de la necesidad de acabar con los problemas de desnutrición y hambre en los países subdesarrollados. El autor de estos procesos en los Estados Unidos fue el agrónomo e ingeniero Norman Ernest Borlaug, conocido como el padre de la agricultura moderna. Junto a varias organizaciones agrícolas internacionales, Borlaug consiguió obtener las variedades más productivas del cruce selectivo entre distintos tipos de maíz, arroz y trigo.
Las primeras acciones de la revolución verde tuvieron lugar en 1943 en Sonora, México, donde Borluag había llevado a cabo sus investigaciones en la Oficina de Estudios Especiales, que poco a poco se volvió un centro informal de investigación internacional hasta convertirse en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, más conocido por sus siglas como CIMMYT. Cuando en 1961 la India estaba próxima a sufrir de hambruna masiva, Borluag fue invitado por el ministro de agricultura M. S. Swaminathan, pese a la negativa de los grandes monopolios agrícolas indios. Así, se importaron semillas de trigo del CIMMYT a la región de Panyab, donde los cultivos iban a contar un buen suministro de agua. De igual forma, este país, adoptó una variedad de arroz conocida como IR8, desarrollada por el Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI). Gracias a este, la producción llegó a ser hasta 10 veces mayor a la tradicional. Esta variedad fue rápidamente adoptada por otros países de Asia, e loa que se conoció como el “Milagro del Arroz”. Por su parte, la producción de trigo en México se multiplicó hasta por 4. Todo esto supuso que la producción de grano en todo el mundo se incrementara hasta en un 250%.
Pese al exitoso incremento en la producción de alimentos, los cereales que surgieron de estos métodos tenían proteínas de menor calidad y un contenido mayor de hidratos de carbono. De esta manera los cereales de alto rendimiento generados en la revolución verde, y que hoy dominan los mercados, tienen deficiencias de aminoácidos esenciales y desequilibrios en la cantidad de vitaminas y ácidos grasos esenciales. De tal manera que, a pesar de que estos cultivos lograron combatir la inanición en muchas regiones del planeta, su empobrecimiento nutricional trajo consigo nuevos problemas de desnutrición y llamadas “enfermedades de la civilización” en los países desarrollados. Entre estas se pueden contar enfermedades metabólicas como la obesidad, la osteoporosis y la diabetes; enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, la aterosclerosis y demás cardiopatías; las enfermedades nutrimentales como los trastornos alimentarios; y otras enfermedades como la insuficiencia renal, el asma o las alergias. Otras de las críticas que se le ha a la revolución verde es el sobrecosto de las semillas y de la tecnología necesaria; el surgimiento de los cultivos transgénicos; la eliminación de los demás cultivos, silvestres y tradicionales; y la aparición de nuevos tipos de plagas; entre otras.