¿Cuáles fueron las consecuencias de la Primera Guerra Mundial?

Las principales consecuencias de la Primera Guerra Mundial fueron:

Pérdidas humanas: la Primera Guerra Mundial dejó un saldo de entre nueve y diez millones de muertos y más de veintiún millones de heridos sólo entre los soldados combatientes. Sumado a esto, se suman las víctimas civiles, que alcanzaron la cifra de más de siete millones de personas. De los 11 millones de soldados que reclutó el Imperio alemán, más de 1.774.000 murieron; de los 12 millones de soldados que reclutó el Imperio ruso, 1.850.000 murieron; de los 8 millones de soldados que reclutó Francia, 1.300.000 murieron. Por su parte, murieron 850.000 soldados británicos, 1.500.000 soldados austro húngaros, 700.000 soldados italianos, 130.00 soldados serbios, y el 16% de la población de Montenegro pereció. A estas muertes se sumaron las de los soldados rumanos, estadounidenses, belgas, griegos, portugueses y japoneses. Esto no sólo produjo una profunda crisis demográfica en los países implicados en la guerra, sino también una crisis social debido a los niños huérfanos, las mujeres viudas, las familias desahuciadas, los veteranos con discapacidades físicas permanentes y los sobrevivientes con traumas psicológicos.

Pérdidas económicas: si bien durante la guerra el producto interno bruto (PIB) de algunos países como Reino Unido, Estados Unidos e Italia aumentó significativamente por el aumento de la producción y políticas que hicieron más eficientes las instituciones del Estado para conseguir una mayor recaudación e inversión, tras el término de la guerra el Reino Unido dejó de ser el mayor acreedor del mundo y se convirtió en uno de los países con mayor deuda del planeta. Los costos de reparación para los países afectados llegaron a los 956.000 millones marcos oro según dictó el Pacto económico de 1916 y la Conferencia de Paz de 1919. Los vencedores quisieron cubrir los costos de reconstrucción a partir de las reparaciones de los vencidos, principalmente de Alemania; pero esto fue ilusorio porque el marco alemán se devaluó debido a una hiperinflación y entró en una economía circular en la que la deuda financiaba con deuda contraída a otros países. Esto llevaría al sistema económico mundial a la Gran Depresión.

Destrucción de la infraestructura: si bien a diferencia de la Segunda Guerra Mundial la destrucción no se concentró en las grandes ciudades de los países implicados en la guerra, pues se promovió una guerra de trincheras, varias zonas de Europa fueron arrasadas completamente, principalmente en Serbia, Bélgica y el norte de Francia, en la conocida zona roja. Muchas de estas regiones no pudieron reconstruirse nuevamente debido a que el suelo estaba lleno de osamentas humanas, municiones sin detonar y sustancias con plomo, cloro, mercurio, arsénico y gases y ácidos letales para el ser humano y para la naturaleza. Por ello muchas poblaciones debieron ser reubicadas.

Transformación de las fronteras nacionales: el mapa político de Europa sufrió drásticos cambios después de la Primera Guerra Mundial, con la reducción del territorio de los vencidos, la ampliación del territorio de los vencedores y la disolución de grandes países en otros más pequeños. Así, Polonia volvió a convertirse en un país independiente después de más de cien años de dominación; nació el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, que después se convertiría en el Reino de Yugoslavia; apareció la nación de Checoslovaquia, surgida tras la fusión del Reino de Bohemia con regiones del Reino de Hungría; el Imperio ruso cambió su sistema monárquico a un sistema socialista y perdió los territorios de Estonia, Finlandia, Letonia y Lituania, algunos de los cuales luego conformarían la Unión Soviética junto con varios países más; el Imperio Otomano se dividió la actual Turquía y varios países nuevos del Oriente Medio dominados por el Reino Unido y Francia: los mandatos de Siria, Mesopotamia (Irak) y Palestina; las colonias alemanas pasaron a manos de los vencedores: las colonias africanas pasaron a manos del Imperio Británico y de Francia, y las colonias pacíficas pasaron a manos de Japón, Australia y Nueva Zelanda.

Efectos nocivos sobre la salud: más allá de las pérdidas humanas, la guerra dejó una huella profunda en la psiquis de los soldados y de la población en general. De todos los soldados movilizados por Europa para la guerra entre 1914 y 1918, al menos 7 millones de estos tuvieron que seguir desarrollando sus vidas con una discapacidad permanente. Debido a los problemas económicos, se profundizaron además problemas como la pobreza, el hambre, la malnutrición y la propagación de enfermedades. Esto, sumado a los cambios políticos, promovió la migración, principalmente en Rusia tras la revolución bolchevique.

Tratados de paz injustos: tras el final de la Primera Guerra Mundial se celebró la Conferencia de Paz de París el 18 de enero de 1871, fecha en que se había fundado el Imperio alemán. En estas conferencias, en las que fueron excluidos los países vencidos, las cuatro potencias vencedoras (Reino Unido, Francia, Italia y Estados Unidos) ratificaron el Tratado de Versalles, en el que se culpaba a Alemania de haber iniciado la guerra y de sus consecuencias. Por ello se obligó a Alemania a reducir dramáticamente su Ejército, se hundieron los barcos de guerra por sus propios tripulantes, se prohibió la producción y comercio de armas de guerra, se redujo su territorio y se le impuso una enorme deuda por cuestión de reparaciones, debido a que fue el único país vencido cuya economía no fue destruida completamente.

Ascenso del fascismo: las condiciones del Tratado de Versalles fueron tomadas como una humillación al pueblo alemán, ya que lo hacía responsable de la guerra y le imponía unas sanciones desmedidas. Esto provocó un resentimiento en la población civil, humillada además por las fuerzas de ocupación, y popularizó la leyenda de la puñalada por la espalda (Dolchstoßlegende), según la cual Alemania había perdido la guerra debido a las maniobras especulativas de los judíos y los partidos de izquierda que iniciaron el proceso revolucionario alemán. Esto deslegitimó al gobierno de Weimar y llevó a los civiles a apoyar los movimientos de extrema derecha, como el movimiento nazi, quienes defendían la mencionada leyenda y promulgaban el nacionalismo.