¿Cuál es la historia de la bandera de España?

La bandera de España es, junto al escudo y el himno (La Marcha Real), uno de los símbolos patrios de España. Esta se encuentra compuesta por dos franjas rojas, puestas arriba y abajo; una franja en el medio de color amarillo gualda y del doble de ancho que una de las rojas; y el escudo de España dentro de esta última franja, corrido hacia la izquierda. Esta bandera fue adoptada oficialmente por primera vez el 28 de mayo de 1785 como bandera de popa (pabellón nacional) para los buques españoles; y desde aquel entonces, con excepción de los años comprendido por la Segunda República (1931-1939), las únicas modificaciones que se le han hecho han sido al escudo.

El origen de la bandera española se puede rastrear en los vexilios que llevaban los legionarios romanos cuando se expandieron por la península ibérica. De esta forma, los vexilios fueron utilizados en la Hispania romana y luego por los visigodos. No obstante, estos vexilios por lo general representaban al comandante o al emperador de determinado territorio, y no una entidad nacional como tal. La noción de bandera sería traída desde oriente, cuando la península ibérica fue invadida por los musulmanes. De esta forma, durante el siglo XVI, una vez la península fue liberada de los musulmanes, se adoptó un paño blanco como con la cruz de Borgoña para representar la hispanidad. Esto ocurrió luego de que Juana I de Castilla (Juana la Loca) se casara con el archiduque austriaco Felipe IV (Felipe el Hermoso).

La bandera se mantuvo así durante un tiempo, de color blanco; hasta que Felipe II (el Prudente) cambió el color por amarillo. Luego de que la casa de Borbón abandonó el trono con Felipe V (el Animoso), se cambió la cruz por las armas reales. No obstante, el color blanco volvió con el tiempo y pasó a mimetizarse con las demás ramas borbónicas de Europa, como los reinos de Sicilia, Francia, Parma o Nápoles

. Es por esta razón por la que Carlos III decidió modificar la bandera radicalmente. Fue así como se realizó un concurso para adoptar dos pabellones para la marina española: una para los barcos mercantes y otra para los buques de guerra. En 1785, el capitán Antonio Valdés y Fernández Bazán le presentó 12 modelos al rey, de los cuales este escogió la bandera amarillo gualda con franjas rojas.

Luego de su uso en naves, se decretó en 1793 que la bandera también fuera empleada en puertos y fuertes de la Marina española. Esta también se utilizó en los fuertes que estaban en la frontera junto a la Convención Nacional, llevando el escudo acuartelado con las armas de Castilla, León, Aragón y Navarra. Estas luego fueron empleadas a lo largo de la guerra de Independencia y más tarde se utilizaron los colores amarillo gualda y rojo como símbolos de las Cortes de Cádiz y de la milicia de nacional. Luego, por el decreto firmado el 13 de octubre de 1843 se unificaron las banderas que usaba la Armada en la tierra y el pabellón que utilizaban las naves. Pese a la unificación a su presencia en todos los ámbitos militares, la Primera República Española quitó de la bandera todos los símbolos que aludían a la monarquía. Caída la república, el escudo volvió y en 1908 se impuso por Real decreto que todos los edificios públicos la llevaran durante la fiesta nacional.  Pocos cambios han ocurrido desde entonces, salvo algunos cambios menores en el escudo.