¿Qué es una sociedad de consumo?

Una sociedad de consumo es un concepto socioeconómico que hace referencia a una sociedad capitalistas en donde el consumo de bienes y servicios es excesivo debido a la producción masiva de los mismos. En consecuencia, el consumismo trae consigo graves problemas morales, ecológicos y sanitarios. Algunos de estos problemas son la acumulación de residuos, la sobreexplotación de los recursos del planeta, el imperio del egoísmo y la avaricia sobre la empatía y otros valores humanos, la dependencia a determinados bienes y servicios, etc. Dado que el consumo depende del poder adquisitivo de los individuos de una sociedad, el consumismo es un problema que tiene mayor prevalencia en los países más desarrollados; incluso en aquellos países con una elevada renta per cápita y que no se caracterizan por producir la mayoría de los bienes y servicios demandados, pues estos se pueden importar desde el extranjero en el mundo globalizado en el que vivimos.

La sociedad de consumo responde a una idealización del consumo como fuente de la felicidad y la satisfacción personal, la cual es promovida por la publicidad de los productores de los bienes consumidos. De esta manera, las personas dentro de una sociedad de consumo sienten la necesidad, la urgencia de comprar un determinado producto, aunque en realidad no lo necesiten o puedan encontrar mejores opciones en el mismo mercado. Así, el consumo de las personas pasa a estar condicionado no a sus verdaderas necesidades, sino a las características del producto, como su novedad, su exclusividad o su popularidad. A esto se le suma el constante desarrollo tecnológico y la obsolescencia programada, por la cual los productos dejan de funcionar al cabo de un tiempo como una estrategia de los productores para fomentar el consumo de nuevos artículos. Entonces, el ciclo del consumo nunca se termina, pues el usuario de un producto se ve en la obligación de comprar una versión actualizada cada vez que la que ya tiene ha quedado obsoleta.

El consumo, como el proceso por el cual la sociedad demanda una serie de bienes y servicios que se encuentran en el mercado porque han sido producidos, se instaló en las sociedades modernas desde la revolución industrial y el auge del capitalismo, pues con este último la producción y el consumo existentes hasta el momento se masificaron y pasaron a regularse por medio de la oferta y la demanda. Luego de que la economía global colapsara luego de la Gran Depresión, las principales potencias del mundo adoptaron las teorías económicas de John Maynard Keynes, quien promulgaba que las economías de los países podían desarrollarse a través del consumo y el impedimento del ahorro por medio la inflación. De esta manera, los precios del mercado se encuentran en constante aumento y las personas se ven obligadas a consumir antes de que si dinero pierda valor y tomando préstamos en lugar de ahorrar por la constante pérdida de valor adquisitivo.

Más allá de las críticas que despierta el consumismo, autores como W. Rostow y G. Katona sostienen que la sociedad de consumo es una consecuencia natural del alto desarrollo y del aumento de la renta nacional en el mundo. Esto se tradujo entonces en la creación de un mercado más diversificado, donde las personas pueden encontrar bienes y servicios que se adecúen mejor a sus propias necesidades y gustos. De esta forma, contrario a lo que sostienen los críticos, la sociedad de consumo ha llevado a la humanidad a una sociedad más equitativa, pues las personas pueden acceder a determinados bienes que antes no podía y obtenerlos de acuerdo a su propio poder adquisitivo. Por ejemplo, una persona con ingresos altos puede darse el lujo de tener Iphone, mientras que una persona con ingresos medios puede comprar un Smartphone de otra marca; pero, en esencia, ambos están accediendo a un teléfono inteligente. No obstante, más allá de esta mirada optimista, si se comparan las horas que cada persona tiene que trabajar para conseguir un mismo artículo, se encontrará que la equidad es ilusoria y que se agrava cuando se realizan comparaciones entre un país y otro.

Como una medida para combatir las consecuencias del consumismo, especialmente las ecológicas, distintos autores y sectores de la sociedad han promovido el consumo sustentable o sostenible, el cual consiste en consumir productos y servicios de forma que afecten muy poco, o de ninguna manera, al medio ambiente, contribuyendo así a la lucha contra la crisis climática y la contaminación. El consumo sustentable es posible a través de tres mecanismos principales: eficiencia en el consumo, es decir, consumir de la forma más responsable y tomando las mejores decisiones; cambiando los patrones de consumo, sustituyendo los productos a los que estamos acostumbrados y que tengan un gran impacto ecológico, como los aerosoles; y la reducción de los niveles de consumo, principalmente en los países industrializados. No obstante, si bien las acciones individuales tienen un gran papel dentro del problema ambiental, principalmente porque se dejan de consumir productos dañinos, la responsabilidad recae principalmente sobre los gobiernos y las grandes compañías, quienes son los mayores generadores de sustancias contaminantes en el planeta.