El encéfalo, junto con la médula espinal regulariza los procesos no conscientes o sensatos y coordina la mayoría de los movimientos voluntarios. Por le demás, el cerebro es el lugar de la conciencia y nos permite pensar y aprender.
Estructura Encefálica
La porción más abultada del encéfalo es el cerebro, cuya superficie muy plegada tiene una configuración única en cada persona. Los surcos más profundos se llaman cisuras y tanto éstas como algunos de los grandes surcos menos hondos delimitan cuatro áreas funcionales denominadas lóbulos frontal, parietal, occipital y temporal. Los repliegues de la superficie cerebral se llaman circunvoluciones. El eje del encéfalo contiene el tálamo, que hace estación repetidora de la información encefálica. En torno al tálamo está el sistema límbico, un grupo de estructuras relacionadas con el instinto de supervivencia. El comportamiento y las emociones, y que están estrechamente asociadas con el hipotálamo, el cual recibe información sensorial.
El cerebelo alberga miles de millones de neuronas que enlazan con otras regiones del encéfalo y con la médula espinal para dar precisión a los movimientos.
- Cerebro anterior
- Telencéfalo
- Diencéfalo
- Tronco del encéfalo
- Mesencéfalo
- Protuberancia
- Bulbo raquídeo
- Cerebelo
- Médula espinal
Suministro Sanguíneo del Encéfalo
No obstante, equivale al 2% del peso total del cuerpo, el encéfalo necesita el 20% de su sangre, sin los elementos fundamentales transportados por la sangre que son el oxígeno y la glucosa, la función del encéfalo se maltrata rápidamente y pueden darse mareos, confusión y pérdida de conciencia. Tras sólo cuatro a ocho minutos sin oxígeno, la lesión cerebral conduce a la muerte. El abundante bastimento de sangre del encéfalo proviene de una amplia red de vasos sanguíneos procedentes de las arterias carótidas que corren cada lado del cuello y de las dos arterias vertebrales que recorren la médula espinal.
Protección
El encéfalo tiene varias formas de protección. Además de las tres membranas protectoras que lo envuelven (meninges), sus ventrículos (cámaras) originan dentro del cráneo un medio acuoso nombrado líquido cefalorraquídeo (LCR), que absorbe y dispersa las fuerzas mecánicas excesivas que, de no ser así, podrían lesionarlo gravemente. El estudio de los componentes químicos y de la presión de flujo LCR aporta datos esenciales para el diagnóstico de muchos trastornos y enfermedades del encéfalo y de la médula espinal, como la meningitis.
Flujo de Líquido Cefalorraquídeo
El tejido blando del encéfalo flota en el líquido cefalorraquídeo (LCR), dentro de la caja ósea del cráneo. El LCR es transparente, se renueva cinco veces al día y contiene proteínas y glucosa que dan energía a las células del encéfalo como a la médula espinal mientras fluye en torno a ellos. Este líquido se produce en los plexos coroideos de los ventrículos laterales, desde donde se vierte al tercer ventrículo, antes de fluir al cuarto ventrículo situado adelante del cerebelo. Las pulsaciones de las arterias cerebrales ayudan a la circulación del LCR.