El agua modera o regula los efectos de las temperaturas altas puesto que se requiere de mucha energía térmica (539 calorías por gramo), para convertir al agua líquida en vapor de agua. Esto también se debe a la naturaleza polar de las moléculas de agua y a los puentes de hidrógeno que se interconectan con ellas.

Para que una molécula de agua se evapore, debe absorber suficiente energía para poder moverse con la rapidez suficiente para fraccionar todos los puentes de hidrógeno que la unen a las demás moléculas de agua de la solución. Únicamente las moléculas de agua más aceleradas, aquellas que llevan más energía, pueden romper sus puentes de hidrógeno y escapar al aire como vapor de agua. El líquido restante se enfría por la pérdida de esas moléculas de alta energía. Si hay un día con mucho calor, y, por ejemplo, se está manipulando un aspersor de agua y se cubre de esa agua por todo el cuerpo, hay una transferencia de energía térmica de la piel al agua, la cual absorbe más energía conforme se evapora. Cuando se transpira. Al evaporarse el sudor se produce una gran pérdida de calor sin que esto afecte la perdida de agua. El calor necesario para poder evaporar el agua es por su (calor de evaporización), el calor de evaporización del agua es uno de los más altos que se conocen.

Congelar Agua Requiere de Mucha Energía

El agua modera los efectos de las bajas temperaturas, porque es preciso extraer una cantidad ampliamente grande de energía de las moléculas de agua líquida, para que estas formen la disposición cristalina exacta del hielo, por tal motivo, el agua se congela más lentamente que muchos otros líquidos a temperatura transmitida y cede más calor al ambiente al hacerlo. Esta propiedad de una sustancia es por su (calor de fusión), el cual es muy alto en el caso del agua.

El Agua y el Hielo

El agua tiene una propiedad en poder convertirse en hielo, es decir, se convierte en sólido después de una exposición prolongada a temperaturas por debajo de su punto de congelación. Casi todos los líquidos se vuelven más densos o pesados al solidificarse; por lo tanto, como sólidos, se hunden, el hielo tiene una característica propia, la cual es menos denso que el agua líquida. La disposición particular de las moléculas de agua en cristales de hielo las mantiene más alejadas de los que están en la fase líquida, donde están envueltas y más cercanas entre sí; de esta manera, el hielo es menos denso que el agua.

Cuando un cuerpo de agua se congela (países con estaciones), la parte superior se congela y al congelarse impide que aguas más profundas se congelen haciéndolo como una capa aislante, permitiendo que la vida pueda continuar con una normalidad acorde.