¿Qué son los gigantes gaseosos?

Los gigantes gaseosos son aquellos planetas de gran tamaño que están compuestos principalmente por fluidos (en especial por hidrógeno y helio) y no por sólidos. Por esta composición, similar a la de las estrellas, estos planetas también son conocidos como estrellas fallidas. No obstante, se tiene la creencia de que en el centro de dichos fluidos se encuentra un núcleo de roca o de metal que es el encargado de sostener la forma del planeta. Es por ello que la superficie de estos cuerpos celestes no está del todo definida, pues la mayoría de su masa se encuentra en forma de gas comprimido a manera de líquido o de gas. En nuestro sistema solar, los gigantes gaseosos son los cuatro planetas más distantes del Sol, por lo que son conocidos como “planetas exteriores”. Estos se encuentran más allá del cinturón de asteroides y de Marte, y son: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. No obstante, estos dos últimos han sido catalogados como gigantes helados, pues su composición difiere de la composición típica de los gigantes gaseosos. Así, estos planetas se encuentran conformados por hielo, roca y gas, con proporciones de hidrógeno y helio menores debido a su distancia del Sol.

¿Cómo se clasifican los gigantes gaseosos?

Según el sistema de clasificación de Sudarsky, los gigantes gaseosos se pueden catalogar en:

  • Clase I: aquellos cuya apariencia está determinada por grandes nubes de amoniaco. Estos planetas usualmente se encuentran en las regiones exteriores de sus sistemas planetarios, por lo que poseen temperaturas menores a los -120°.
  • Clase II: aquellos cuyas temperaturas calientes impiden la formación de nubes de amoniaco y promueven la formación de vapor de agua. Las temperaturas en estos planetas oscilan alrededor de los 250 kelvin.
  • Clase III: aquellos planetas cuyas temperaturas se encuentran entre los 350 y los 800 kelvin, por lo que no se forman ningún tipo de nubes. La apariencia de estos planetas es azul por la dispersión de Rayleigh y la absorción de metano.
  • Clase IV: aquellos planetas cuya temperatura es superior a los 900 kelvin, donde el monóxido de carbono es la molécula más abundante que porta carbono y no el metano. Fuera de esta sustancia, también poseen una gran abundancia de metales alcalinos. Por ello, forman nubes de silicatos y hierro por debajo de las demás nubes de sus atmósferas.
  • Clase V: aquellos planetas cuya temperatura es superior a los 1400 kelvin. Estos cuentan con nubes de hierro y silicato en las partes superiores de su atmósfera. Por ello, y por la radiación térmica, estos planetas tienen un característico brillo rojo.