¿Qué es la ingeniería genética?

La ingeniería genética es la disciplina que investiga la manipulación directa de la información genética de un organismo a partir de biotecnología, eliminando, duplicando, sustituyendo o reordenando sus genes con propósitos científicos. Así, la ingeniería genética tiene como misión la manipulación de ciertas especies animales y vegetales para mejorar sus capacidades innatas, así como la corrección, tratamiento y eliminación de enfermedades hereditarias. De esta forma, los ingenieros genéticos manipulan la genética de un organismo para que este transfiera nuevos genes a otro organismo de su misma especie, creando de esta forma organismos nuevos. Para esta labor, el ADN del mismo organismo se puede modificar o se puede sintetizar a partir de proteínas. Los organismos que han sufrido alguna modificación de este tipo en sus células son catalogados como “genéticamente modificados” (GM), mientras que los organismos resultantes son catalogados como “organismos genéticamente modificados” (OGM).

Los orígenes de la ingeniería genética se pueden encontrar en los primeros esfuerzos del ser humano por obtener los mejores fenotipos deseados tanto de animales como de plantas a partir de cruces específicos, heredando las características deseadas. Este proceso es conocido como selección artificial o cría selectiva, aunque su ejecución es lenta e imprecisa. Como una solución a este problema surgió a ingeniería genética en la década de 1970. Este término fue acuñado por el escritor estadounidense de ciencia ficción Jack Williamson en su novela Isla del Dragón, publicada en 1951. Es decir, un año antes de descubrirse el papel del ADN en la transmisión hereditaria de información genética y dos antes de que se descubriera que la molécula del ADn tenía forma de doble hélice.

Ya para 1972, el bioquímico estadounidense Paul Berg desarrolló la primera molécula de ADN recombinante al combinar la información genética del virus lambda y el virus del mono SV40. Un año después, los científicos Stanley Cohen y Herbert Boyer consiguieron crear el primer organismo transgénico al introducir genes de resistencia a los antibióticos dentro del plásmido de una Escherichia coli. A este experimento le siguió la creación de un ratón transgénico por parte de Rudolf Jaenisch, quien introdujo ADN modificado en el embrión de esto, convirtiéndolo en el primer animal genéticamente modificado. A partir de entonces, la comunidad científica y la opinión pública en general se mostraron consternados por el avance de esta ciencia, por sus posibles aplicaciones y por las cuestiones éticas y morales que implicaban. Así, se discutieron estos temas por primera vez en 1975 dentro de la Conferencia de Asilomar.

En 1976, se fundó la primera compañía dedicada a la ingeniería genética, la cual produjo la proteína humana somatostatina en E. coli. Dos años después se produjo además la insulina humana con modificación genética. Ante los avances de la ingeniería genética, se llevó ante la Corte Suprema de los Estados Unidos el caso Diamante v. Chakrabarty, por lo cual quedó definido que los microorganismos genéticamente modificados podían ser patentados por sus creadores. Así, fue posible que la insulina modificada entrara al mercado luego de ser aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos. Después, la compañía Advanced Genetic Sciencies, más conocida por sus siglas como AGS, liberó por primera vez en el medio ambiente un organismo genéticamente modificado, la cepa Pseudomonas syringae sin hielo, capaz de proteger a los cultivos en medio de las heladas; aunque los cultivos donde fue introducida fueron atacados por grupos ambientalistas, quienes además retrasaron su liberación hasta por cuatro años por medio de pleitos legales.

Tras el éxito de este primer experimento en el medio ambiente, se realizaron las primeras pruebas de campo con plantas genéticamente modificadas en Francia y Estados Unidos durante 1986. Así, se desarrollaron plantas de tabaco capaces de soportar herbicidas. Esta planta sería comercializada poco después por China. En 1994, se introdujo en el mercado el primer alimento modificado genéticamente, el tomate Flavr Savr, capaz de vivir más tiempo que un tomate normal. Ese mismo año se aprobó en la Unión Europea la introducción del tabaco modificado. Tras esto, se produjeron y comercializaron distintos alimentos transgénicos alrededor del mundo tras el éxito de compañías como Monsanto. Y ya para 2010 la ingeniería genética fue capaz de sintetizar un genoma, el cual fue introducido en una bacteria vacía, la cual comenzó a multiplicarse y a producir proteínas.