¿Qué son las virtudes teologales?

Las virtudes teologales son, dentro de la teología católica, los hábitos que Dios les infunde a las personas en su voluntad e inteligencia para que tengan un comportamiento moralmente bueno. Estas virtudes son la fe, la esperanza y la caridad, y han gozado de gran importancia dentro de la filosofía cristiana desde fueron descritas por Pablo el Apóstol en el capítulo trece de Corintios, en el Nuevo Testamente; aunque agrega que la virtud más importante de todas es el amor. Así, el filósofo católico Tomás de Aquino afirmó que estas virtudes se conocían como “teologales” porque tenían como objetivo a Dios. Así, según apunta Aquino, estas virtudes se dirigían al Altísimo y sólo las conocíamos por la revelación divina de las Sagradas Escrituras.

El tema de las virtudes teologales ha sido tratado ampliamente en el Magisterio de la Iglesia. Por ejemplo, Inocencio III se cuestionaba si los niños recibían las virtudes teologales a la hora de ser bautizados. Esta idea era apoyada por Clemente V, quien pensaba que lo mismo ocurría con los adultos durante el bautismo. Más tarde, durante el Concilio de Trento, se confirmó que las personas recibían, junto con la gracia, las virtudes teologales; aunque no del todo claro si su existencia era definida por esto. A esta cuestión, Francisco Suárez de Toledo Vázquez de Utiel señala que sí, mientras que Domingo Báñez O. P. señala que no. Por su parte, San Agustín de Hipona diferencia a las virtudes teologales de las virtudes morales o cardinales en que no son aprendida como consecuencia del hábito, la práctica y el esfuerzo, sino que es Dios mismo quien las pone en el corazón de las personas.

En el Catecismo de la Iglesia católica se hace referencia a estas virtudes en tres números. En los números 1812 y 1813 se dice que las virtudes se refieren a Dios de forma directa, pues provienen de él como objeto y motivo, disponiendo a las personas en relación con Dios

. Por tanto, las virtudes son fundamentales para los hijos de Dios, vivificando todas las demás virtudes, como las infusas y las cardinales. Más tarde, en el número 2086, se indica que para cumplir con el primer mandamiento se requieren las virtudes teologales. Además, del número 2656 al 2658, se relaciona las virtudes con determinadas actividades: la fe con la oración; la esperanza con la liturgia; y la caridad con el dialogo entre las personas y Dios.

¿Cuáles son las virtudes teologales?

  • Las virtudes teologales son:
  • Fe: esta virtud infundada por la divinidad mueve al intelecto, por medio de la voluntad, y lo lleva hacia las verdades sobrenaturales de la Revelación, sin que sea necesaria la evidencia. De esta manera, la fe se sustenta en la autoridad infalible de Dios sobre aquel a quien le revela la fe.
  • Esperanza: esta virtud infundada por la divinidad tiene influencia sobre la voluntad, llevando a las personas a confiar en la vida eterna y en los designios divinos, oponiéndose al pecado de la desesperación, que lleva al ser humano a distanciarse de Dios y de los valores que le ha revelado.
  • Caridad: esta virtud infundada por la divinidad actúa sobre la voluntad para que las personas puedan apreciar a Dios, al bien, por sobre todo lo demás. De esta forma, cuando se ama a Dios se le desea la gloria y el honor, los cuales serán devueltos al creyente en la justa medida.