¿Qué son los planetas rocosos?
Los planetas rocosos, también conocidos como planetas telúricos o planetas terrestres, son planetas compuestos principalmente por silicatos. Estos cuentan con un núcleo metálico y una superficie planetaria sólida, que los diferencia completamente de los gigantes gaseosos. Dicha estructura también puede encontrarse en los satélites de algunos planetas, incluida la Luna. Estos cuentan con atmósfera secundaria, formada por la actividad volcánica del planeta o por el impacto de otros cuerpos celestes de gran tamaño, como cometas. En el sistema solar hay cuatro planetas terrestres, ubicados entre el Sol y el Cinturón de asteroides: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte. Por fuera del Sistema solar, se conocen los siguientes planetas terrestres: Kepler-10b, Kepler-20b, Kepler-36b, Kepler-48d, Kepler 68c, Kepler-131b, Kepler-131c, Kepler-138c, Kepler-406b, Kepler-78b, Kepler-89b, Kepler-93b, Kepler-97b, Kepler-99b, Kepler-100b, Kepler-101c, Kepler-102b, Kepler-102d, Kepler-113b, Kepler-406c y Kepler-409b.
¿Cuáles son los tipos de planetas rocosos?
Los planetas rocosos se pueden clasificar en:
- Planeta silicato: aquellos que tienen un manto rocoso formado de silicio y un núcleo metálico, usualmente de hierro.
- Planeta carbono: aquellos que tienen un núcleo metálico que se encuentra rodeado por minerales a base de carbono.
- Planeta de hierro: aquellos que están conformados principalmente de hierro, por lo que su densidad es mayor y su radio es más pequeño que el de otros planetas. Por ejemplo, Mercurio, el planeta más pequeño del sistema solar, tiene un núcleo metálico que equivale a un 60% y un 70% de su masa total.
- Planeta sin núcleo: aquellos que están conformados por roca de silicato pero que no cuentan con un núcleo metálico.