¿Qué son las amebas?

Las amebas, también conocidas como amibas, son organismos unicelulares pertenecientes al filo Amoebozoa, reino Protista; aunque otros hablan de las amebas como los seres que responden a la siguiente taxonomía: dominio Eucariota, reino Protista, filo Amoebozoa, clase Tubulinea, orden Euamoebida, familia Amoebidae, género Amoeba. No obstante, fuera de las clasificaciones estrictas, el término “ameba” se aplica a los organismos que poseen un cuerpo capaz de cambiar su forma constantemente. Volviendo al significado original, podemos encontrar amebas dentro del filo Amoebozoa con diferentes características. Así, mientras algunas amebas cuentan con un solo núcleo celular; otras, pertenecientes a los géneros Pelomyxa y Chaos, pueden tener varios cientos de núcleos. Por su parte, la ameba dubia (Polychaos dubium), puede llegar a medir más de un milímetro y puede ser vista sin necesidad de equipos especiales, en oposición a la mayoría de las otras especies que son microscópicas.

La principal característica de las amebas es que pueden cambiar la forma de su cuerpo, estirando el citoplasma en forma de tentáculos (seudópodos) para poder alimentarse por fagocitosis y para poder desplazarse como si fueran pies. En cuanto al resto de su morfología, las amebas poseen la misma estructura de las células eucariotas, contando con un núcleo, varios orgánulos y, como se ha dicho antes, un citoplasma. Este último se encuentra dividido en una masa interior central, llamada endoplasma; y una capa exterior clara, llamada ectoplasma. Las amebas también poseen una vacuola contráctil, encargada de la digestión, la expulsión de agua y de mantener la presión osmótica.

Una de las especies de ameba más conocida es la Ameba proteus, la cual tiene un tamaño que oscila entre los 700 y los 800 micrómetros, y fue la primera ameba conocida por el ser humano. Este descubrimiento lo hizo el naturalista alemán August Johann Rösel von Rosenhof en 1757

. Este, al ver que el organismo podía cambiar su forma, lo relacionó con el dios griego Proteo, hijo de Poseidón, quien podía predecir el futuro, pero se transformaba constantemente para evitar contestar preguntas sobre lo venidero. No obstante, este ser mitológico entregaba sus predicciones a quienes pudieran atraparlo, como es el caso de Odiseo (Ulises). Así, los naturalistas de la época le otorgaron a esta especie su nombre, proveniente del griego amoibè, que puede traducirse como cambio de forma.

Algunas amebas pueden provocar serias enfermedades al ser humano, como es el caso de las amebas Entamoeba dispar, Entamoeba moshkovskii y Entamoeba histolytica, causante de amebiasis (también conocida como entamoebosis o amibiasis). Así, estas amebas, que normalmente se encuentran en climas cálidos dentro de alimentos contaminados, invaden el intestino del huésped destruyendo las células de los tejidos intestinales. Esto puede producir, en una fase aguda, heces sanguinolentas y dolores en el abdomen; y en una fase grave, estreñimiento, diarrea, úlceras y abscesos. Otra enfermedad producida por amebas es la Meningoencefalitis amebiana primaria (MAP), causada por la ameba Naegleria fowleri, más conocida como la ameba comecerebros. Y es que, como su nombre lo indica, este organismo destruye las células y los tejidos cerebrales, produciendo distorsión del olfato, dolor de cabeza, rigidez muscular, náuseas, vómitos, convulsiones, delirio y, finalmente, la muerte.