Las historias legendarias y míticas hacen parte de la cultura y el folclor de todos los pueblos, tanto antiguos como modernos, por lo que cualquier presentación de las mismas tiene necesariamente que limitarse a una muestra representativa, dada la cantidad y variedad de ellas que se han producido a lo largo del tiempo y del espacio.

Una de las recopilaciones mitológicas más conocidas y famosas es la de la mitología grecolatina, que entre sus mitos más importantes relatan el ascenso de Zeus como el primero de todos los dioses luego de vencer a los titanes, con la ayuda de sus demás hermanos, y de haber obligado a su padre Cronos a cederle el poder, pues este se había vuelto un rey indigno que devoraba a sus hijos para evitar que estos lo destronaran, cosa que él mismo había hecho a su vez con su propio padre, Urano, personificación del cielo. Otros mitos, que explican el nacimiento de otros dioses y sus distintas relaciones, aparecen en obras como Los trabajos y los días o la Teogonía, ambas de Hesíodo, la Ilíada y la Odisea de Homero, o las Genealogías de Hecateo de Mileto. También, las leyendas griegas son muchas y muy variadas, y para nombrar solo unas cuantas, entre la multitud existente, podemos recordar aquí las leyendas de Teseo y el Minotauro, Perseo y Medusa, Jasón y Medea, la de Ulises y las sirenas, la de Edipo rey y la de Paris y la manzana de la discordia, que daría origen a la Guerra de Troya.

En la mitología china el mundo nace a partir de un huevo cósmico del que nace el dios Pangu, que separa el cielo y la tierra y que, al morir, da origen a todos los elementos de la tierra a partir de su cadáver: su respiración es el viento, sus músculos la tierra, sus huesos las piedras y sus cabellos los bosques. Además, entre las leyendas chinas más conocidas está la de la invención de la escritura por Fu Xi o el relato de cómo el arquero Yi abatió a nueve de los diez soles para dejar únicamente al sol actual que nos alumbra.

Los hindúes también desarrollaron una rica mitología, asociada en gran medida a las deidades indoarias que aparecen en sus grandes epopeyas épicas, el Ramayana y el Mahabharata. Tienen diversos mitos de creación y uno de ellos explica que el dios Brahma se creó a sí mismo para luego exhalar todos los mundos del universo, los cuales son recogidos al final del tiempo, completando así un día de Brahma, para reiniciar el ciclo de nuevo una y otra vez. En su tarea de creación es asistido por los otros dos dioses de la trinidad hindú: Visnú, quien es el que sostiene y conserva el mundo, y Shiva, quien es el que lo destruye todo para dar paso a nuevas formas de la creación. En cuanto a las leyendas, el Ramayana cuenta la historia del guerrero Rama, que acude a la isla de Ceilán a rescatar a su esposa Sita de las manos del demonio Ravana, valiéndose para ello de la ayuda de varios seres maravillosos, entre ellos su amigo y servidor Hanumán, el rey de los monos, quien crea un puente de monos para que Rama pueda cruzar a la isla.

Dentro de la mitología escandinava, el mundo de los hombres, Midgard, surge a partir de un árbol gigante llamado Yggdrasil, que se constituye en el sostén del universo y cuyas raíces son roídas por un dragón maligno que es combatido por Thor, el dios guerrero hijo de Odín, el mayor de todos los dioses. El final del mundo de los dioses es descrito como el momento cuando es liberado un gran y maligno lobo feroz llamado Fenrir, que lo devora todo mientras los grandes dioses se precipitan en una sangrienta guerra llamada el Ragnarok, luego de lo cual es instituida una nueva tierra de paz y armonía.

En la mitología africana del pueblo Yoruba, el gran dios Olorun hizo bajar desde el cielo una gran cadena hacia las aguas primordiales, y por ella descendió su hijo Oduduwa portando un puñado de tierra, una gallina y un camaleón. Oduduwa lanzó luego la tierra sobre el agua, que fue dispersada por las patas de la gallina mientras el camaleón pisaba cuidadosamente para comprobar que la tierra que nacía era lo suficientemente firme. En este nuevo mundo construyó entonces Oduduwa el reino de Ife, del cual saldrían luego todos los pueblos de los Yoruba.

Finalmente, entre los indígenas americanos las mitologías de la creación son numerosas y complejas y varias de ellas, así como también numerosas leyendas, curiosamente, hablan del inicio de la civilización por medio de la acción de semi dioses blancos que salvaron a sus pueblos de calamidades y catástrofes, como es el caso de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada del México prehispánico; Bochica, el sabio civilizador de los Muiscas del altiplano cundiboyacense colombiano; o Viracocha, el dios creador y civilizador de los antiguos incas del Perú y otros pueblos andinos.

Como puede verse, las distintas mitologías constituyen rasgos particulares muy profundos y que definen en buena medida la cultura propia de cada pueblo, por lo cual es un error suponer que son solo muestras de ignorancia y superstición antigua y que nosotros, habitantes actuales de la modernidad tecnologizada, ya no necesitamos ni tenemos ningún tipo de mitología, sino que más bien constituye un ejercicio interesante el tratar de definir cuáles son nuestros propios mitos y leyendas modernas.