¿Qué es la historia en una narración?

La historia, también conocida como diégesis dentro del lenguaje de la narratología, es la sucesión de acciones y acontecimientos que suceden en una narración. No obstante, tal y como apunta Gérard Genette en su libro Figuras III, esta no debe confundirse con el concepto de relato. Mientras la historia hace referencia a todas las cosas que ocurren a unos personajes, el relato es la construcción verbal (escrita u oral) de dichas cosas. De tal forma que puede decirse que la historia son los acontecimientos en abstracto y el relato es la enunciación entregada por un autor, a través de un narrador, de tales acontecimientos a un enunciatario (lector u oyente).

Sabiendo lo anterior, puede agregarse que la historia y el relato pueden ser radicalmente diferentes en su organización. Así, la historia es la sucesión cronológica, causal y coherente de unos acontecimientos; mientras el relato se organiza dependiendo de las intenciones estéticas que quiera otorgarle el autor. Por ejemplo, la historia de una niña que va a buscar a su mascota en el bosque y regresa al cabo de unos años convertida en una bruja; puede contarse desde el final, con la aparición de su bruja y la explicación de su historia, a manera de flashback.

El relato, más allá de la mera organización, también puede recortar o ampliar la historia. De tal forma que lo narrado en un libro puede resumirse en una frase de una línea. Por ejemplo, la historia de la Odisea

puede ser reducida a «Ulises vuelve a Ítaca», mientras el relato puede comprenderse como la ampliación de esa única acción. Es por ello que autores dedicados al cuento prefieren esta forma a la novela, pues se encuentra desprovista de acciones y personajes innecesarios. Por ejemplo, Jorge Luis Borges, autor argentino, anotaba en la Biografía de Tadeo Isidoro Cruz: «Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es» o, en el prólogo de Ficciones, «Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos».

Finalmente, como última diferencia entre el relato y la historia, puede anotarse que la historia se encuentra desprovista de subjetividades. Así, la historia es el conjunto de unos acontecimientos que, enunciados, pueden ser vistos desde cualquier punto de vista, configurando radicalmente su sentido con fines morales o estéticos.