¿Qué es el lenguaje?

El lenguaje es un sistema de símbolos que se utiliza para la comunicación, para intercambiar mensajes. El lenguaje está compuesto por palabras u otros signos semánticos que conllevan a un significado concreto, aunque este puede variar dependiendo del contexto específico en el que se da la comunicación. Así, todo lenguaje está conformado por significantes, que hacen referencia a las representaciones de una determinada idea u objeto del mundo real, como por ejemplo las palabras escritas; y los significados, que hacen referencia a las ideas a las que hacen referencia los significantes, como es el caso de la imagen mental que todos nos hacemos al leer una palabra. Así, hay una vaca real, un mamífero de cuatro patas, al que hace referencia la palabra “vaca”, la cual produce una imagen mental de una vaca real.

Entre las principales características de los lenguajes conocidos se pueden mencionar su arbitrariedad, en tanto que no hay una relación directa entre los signos y la realidad, pues nada tienen en común la palabra “vaca” y el animal en sí; su desplazamiento, en tanto que los mensajes del lenguaje pueden hacer referencia a hechos pasados, futuros o imaginarios; su veracidad, pues más allá de los debates sobre la existencia de la verdad, el lenguaje se puede utilizar para emitir mensajes e información falsa; su reflexividad, pues el lenguaje puede hacer referencia a sí mismo; su diferenciación de unidades, en tanto que el lenguaje está conformado por unidades lingüísticas (fonemas o grafemas) fácilmente distinguibles entre sí; su doble articulación, formada por monemas y fonemas; y su productividad, en tanto se pueden generar mensajes casi que infinitos con un número reducido de palabras. Si bien la idea de lenguaje remite fácilmente a los idiomas como el español, el chino o el alemán, también hay lenguajes que no implican el habla o la escritura, como los lenguajes de señas, los lenguajes audiovisuales, los lenguajes gráficos, etc.

¿Cuáles son los tipos de lenguaje?

El lenguaje se puede clasificar en los siguientes tipos:

  • Lenguaje oral: cuando el lenguaje se articula por medio de la voz, entonando los fonemas por medio del habla y siendo recibidas por el aparato auditivo del receptor. Debido a la gran participación del aparato bucal, esta forma de lenguaje también se conoce como lengua.
  • Lenguaje escrito: cuando se transmite un mensaje por medio de la escritura, dándole una representación gráfica a los fonemas en grafemas. Este lenguaje necesita de un soporte físico (como el papel) o de un soporte virtual (como las pantallas), en donde queda impreso por determinado tiempo. De tal forma que la información contenida en los mensajes escritos sobrevive al momento en el que se escribió y, en muchos casos, al autor.
  • Lenguaje mímico: cuando se transmite un mensaje por medio de gestos manuales y faciales. De esta manera, la información se intercambia por medio del lenguaje corporal y es interpretado por la visión del receptor. Un ejemplo muy claro de este lenguaje son las lenguas de señas.

¿Cuáles son las funciones del lenguaje?

L. Austin diferencia las siguientes funciones del lenguaje:

  • Función locutiva: es aquella en la que se emite un enunciado a partir de una actividad fónica (emitir sonidos), una actividad fática (emitir palabras para formar una secuencia gramatical) y una actividad rética (emitir secuencias gramáticas con un sentido específico).
  • Función ilocutiva: también conocida como actividad ilocucionaria, es el propósito con el que el hablante le entrega su enunciado al receptor, como puede ser preguntar, desear, aseverar, dudar, ordenar, describir, comentar, pedir, objetar, censurar, etc.
  • Función perlocutiva: también conocida como actividad perlocucionaria, es el efecto que el enunciado provoca en el receptor, como puede ser convencimiento, interés, calma, etc.

¿Cuáles son los trastornos del lenguaje?

Los trastornos del lenguaje son aquellas afecciones que padece una persona física o mentalmente, las cuales le impiden comunicarse correctamente con los demás. Estas afecciones pueden perjudicar el habla en sus distintos niveles: oral, escrito y mental. Los principales trastornos del lenguaje oral son:

  • Afasia: cuando la persona no puede comunicarse por medio del lenguaje escrito u oral debido a una lesión en el cerebro.
  • Afonía (Disfonía): cuando la persona pierde la voz parcialmente (disfonía) o completamente (afonía) debido a una lesión en la garganta.
  • Disartria: cuando la persona tiene dificultad para articular las sílabas. Esto ocurre generalmente por intoxicaciones con barbitúricos o alcohol, o con una lesión en los nervios craneales.
  • Disfemias: cuando las palabras son alteradas en su emisión, como es el caso del tartamudeo o el balbuceo.
  • Disfonías: cuando hay una alteración en el timbre y el tono de la voz, como ocurre con el cambio de los estados de ánimo.
  • Dislalia: cuando se reemplazan, omiten o alteran fonemas sin que haya lesiones en los órganos del habla, como ocurre con el lambdacismo, deltacismo, rotacismo, gammacismo, lalación y sigmacismo.

Otros problemas del lenguaje, ligados a la escritura, son:

  • Agrafía: también conocida como alexia, son los problemas o la imposibilidad para expresarse por medio de la escritura.
  • Disgrafia: hace referencia a graves problemas en los trazos de la escritura, como ocurre con la edad, el alcoholismo, la parálisis progresiva o la senilidad.
  • Dislexia: cuando la persona al leer y escribir confunde el orden de las sílabas, palabras y frases.

Otros problemas del lenguaje, ligados principalmente a problemas psicológicos, son:

  • Bradilalia: cuando la persona se comunica demasiado despacio, impidiendo la comprensión del mensaje por parte del receptor. Esto es frecuente cuando las personas sufren de depresión.
  • Estereotipia verbal: cuando la persona repite una frase o una palabra que no tiene relación con la circunstancia en la que está. Esto es frecuente en pacientes con esquizofrenia.
  • Jergafasia: cuando la persona tiene una enorme e incoherente locuacidad, compuesta por parafasias y perífrasis.
  • Musitación: cuando la persona dice las palabras en voz baja, murmurando.
  • Mutismo: cuando la persona no quiere o no puede emitir ninguna palabra, a pesar de que conoce el lenguaje y de que no tiene lesiones en los órganos del habla.
  • Palilalia: cuando se repite involuntaria y espontáneamente una palabra o una frase. Esto es ocasionado usualmente por el debilitamiento de la inteligencia.
  • Taquilalia: cuando un desequilibrio entre los movimientos de la boca y el influjo nervioso, de forma que el mensaje se dice tan rápido que no es comprensible. Esto ocurre usualmente en las personas con manías y adicciones.
  • Verbigeración: cuando se repite frecuentemente una frase corta o un vocablo en medio del discurso. Esto es habitual en las personas con esquizofrenia y en las personas con deficiencia mental.

Además de estos problemas relacionados con lesiones corporales o trastornos psicológicos, también se pueden encontrar vicios del lenguaje que perjudican la comunicación efectiva. Estos se originan principalmente por la cultura a la que pertenece el individuo, quien pasa a imitar a otras personas que tienen estos vicios. Los principales vicios del lenguaje son:

  • Anfibología: también conocida como ambigüedad, es cuando las frases se construyen de tal manera que pueden leerse de varias maneras. Por ejemplo: zapatos de piel de bebé (¿son zapatos hechos de piel de bebé o zapatos de piel para bebé?)
  • Arcaísmo: cuando se utilizan palabras o locuciones entradas en desuso. Por ejemplo: aquí tengo mi currículum (en lugar de currículo).
  • Barbarismo: cuando se construyen mal las palabras. Por ejemplo: novemil (en lugar de nueve mil). Nadies (en lugar de nadie).
  • Cacofonía: cuando se construyen oraciones con sonidos semejantes, creando sonoridades desagradables. Por ejemplo: por la carretera rodaba la rodaja roja de roña (cacofonía con “r” y “rr”).
  • Dequeísmo: cuando se utiliza incorrectamente la locución «de que» en lugar de «que». Por ejemplo: pensé de que querías ir conmigo (sobra el “de”).
  • Extranjerismo: cuando se utilizan palabras de otro idioma innecesariamente. Por ejemplo: eres mi best friend. Sayonara, amigos.
  • Hiato cacofónico: cuando se utilizan palabras con vocales iguales que generan una sonoridad desagradable. Por ejemplo: va a Albania (cacofonía con “a”).
  • Hipercorrección: cuando se escribe o pronuncia una palabra pensando que tiene la forma de otra parecida. Por ejemplo: inflacción (en lugar de inflación).
  • Idiotismo: cuando se usa el lenguaje sin acatar las reglas gramaticales. Por ejemplo: más mejor (sobra el “más”).
  • Impropiedad: cuando se utilizan palabras dándole un significado diferente al que tienen. Por ejemplo: el río está lleno de pescados (en lugar de peces).
  • Metátesis: cuando se modifican los sonidos de una palabra. Por ejemplo: me operaron del estógamo (en lugar de estómago). Salieron volando varios murciégalos (en lugar de murciélagos).
  • Muletillas: también conocidos como bastoncillos, es cuando se repiten o se utilizan palabras innecesarias. Por ejemplo: entonces estalló la guerra. Entonces los soldados corrieron a guarecerse. (repetición innecesaria del “entonces”).
  • Neologismo: cuando se utilizan palabras que realizan un giro nuevo en el lenguaje. Por ejemplo: blogósfera, para hacer referencia a una comunidad de blogs.
  • Redundancia: también conocida como pleonasmo, es cuando se utilizan palabras que tienen significados semejantes y son innecesarias. Por ejemplo: subir arriba. Salir afuera. Bajar abajo.
  • Solecismo: cuando se construyen oraciones que poseen errores sintácticos, que pueden ser de concordancia o por el mal uso de preposiciones. Por ejemplo: ha habido mucha lluvia (en lugar de ha habido mucha lluvia).
  • Sonsonete: cuando se intercambian los fonemas de una palabra para producir sonidos desagradables. Por ejemplo. Es la zenzación (en lugar de sensación).
  • Vulgarismo: cuando se utiliza el lenguaje de manera descuidada, escribiendo o pronunciando mal las palabras. Por ejemplo: istrumento (en lugar de instrumento).