¿Qué es el mercurio?

El mercurio es el elemento de número atómico 80 y símbolo Hg, por su antiguo nombre en latín, hydrargyrum, que tiene su origen en el griego hydrargyros (ὑδράργυρος). Esta palabra está conformada por los vocablos hydro (ὕδωρ), que traduce “agua”, y argyros (ἄργυρος), que traduce “plata”. De forma que hydrargyrum o hidrargiro, como se le llegó a conocer en español, traduce “agua de plata”. Esto hace referencia a que es el único metal que se encuentra en estado líquido a temperatura y presión ambiente. De los 40 isótopos conocidos del mercurio, sólo siete son observablemente estables. Estos son Hg196, Hg197, Hg198, Hg199, Hg200, Hg201 y Hg202. Además de estos, se conocen 16 isómeros de este elemento: Hg181m, Hg183m1, Hg183m2, Hg185m, Hg186m, Hg188m, Hg189m, Hg191m, Hg193m, Hg195m, Hg197m, Hg199m, Hg201m, Hg203m y Hg205m.

El mercurio es un metal de transición que se encuentra dentro de la tabla periódica en el grupo 12, periodo 6 y bloque d. Su masa atómica es de 200,59u, su dureza es de 1,5 Mohs y su configuración electrónica es [Xe]4f145d106s2 (con 2, 8, 18, 32, 18 y 2 electrones en cada nivel). Como propiedades atómicas, el mercurio tiene un radio medio de 150pm, una electronegatividad de 2,00 en la escala de Pauling, un radio de van der Waals de 155pm, un radio covalente de 149pm, un radio atómico de 171pm (radio de Bohr) y estados de oxidación 4, 2 y 1. Como propiedades físicas, tiene una densidad de 13534 kg/m3, un punto de ebullición de 357 °C, un punto de fusión de -39 °C, una entalpía de fusión de 2,29 kJ/mol, una entalpía de vaporización de 59,22 kJ/mol y una presión de vapor de 0,0002 Pa a 234K. Su estructura cristalina es romboédrica, su calor específico es de 140 J/(K.kg), su conductividad térmica es de 8,34 W/(K.m) y su velocidad del sonido es de 1407 m/s a 20 °C.

El mercurio se conoce desde la antigüedad. Así, el bermellón (sulfuro de mercurio) fue utilizado como pigmento rojo por los autores de las pinturas rupestres de Francia y España, las cuales datan de 30.000 atrás. Más adelante, cuando se descubrió que este mineral podía ser calentado para obtener mercurio (un metal líquido que fascinaba a las personas), se comenzó a utilizar para disolver el oro de los depósitos aluviales. De esta manera, se usó extensamente en la explotación de este metal precioso, del cual luego era destilado. En Europa, la mayor parte del mercurio que se utilizó con este fin salió del depósito español de Almadén. Después, cuando los conquistadores llegaron a América, explotaron la cinabrita de los yacimientos de Huancavelica, Perú. En el siglo XIX, el mercurio también fue utilizado por los mineros que llegaron a California durante la Fiebre del Oro. Después, comenzaron a encontrarse otros usos para este metal líquido, pese a su gran toxicidad. De esta manera, llegó a utilizarse incluso para curar enfermedades venéreas; aunque nunca se comprobó su eficacia.

El mercurio es metal líquido de color plateado. Este se puede encontrar raramente de forma nativa dentro de la naturaleza, y mayoritariamente combinado con otros elementos en distintos minerales, como el cinabrio (HgS, también conocido como bermellón o cinabrita). Con una abundancia de 0,03 ppm en la corteza terrestre, las mayores reservas de mercurio se encuentran en México, China y Kirguistán. Este elemento se obtiene para su comercialización al calentar cinabrio y condensar el vapor resultante. Sus mayores productores en el mundo son China, Kirguistán y Chile. Si bien el mercurio no tiene una función biológica determinada, se sabe que todos los seres vivos cuentan con una pequeña cantidad de este dentro de sus cuerpos. Esto se debe a que el mercurio se encuentra en la mayoría de los alimentos que consumimos día a día. Razón por la cual ingerimos cerca de 0,01 mg de mercurio diariamente, llegando a ingerir hasta 0,3 gramos en toda una vida. No obstante, el mercurio es tóxico en cantidades superiores, especialmente el metilmercurio.

Como se ha dicho anteriormente, el mercurio ha sido utilizado desde la antigüedad como pigmento rojo y para extraer oro. En la actualidad, se le emplea como catalizador en la industria química, para hacer rectificadores e interruptores eléctricos y para producir amalgamas con otros metales, tales como el estaño, el oro y la plata, usadas para empastes dentales y otros fines. Anteriormente, se usaba en la producción de hidróxido de sodio y cloro mediante la electrólisis de salmuera y para la producción de diversos objetos como fieltro, termómetros, luces fluorescentes, barómetros y baterías; aunque todas estas aplicaciones se han eliminado del mercado debido a la toxicidad del mercurio. Todavía hoy en día se sigue usando el sulfuro de mercurio como pigmento rojo para pintura brillante, aunque su uso está muy restringido.