¿Qué es la Pascua judía?

La Pascua judía, más conocida como Pésaj o como Fiesta de Primavera, es la una celebración religiosa del pueblo judío que conmemora la esclavitud de los hebreos a manos de los egipcios, según lo narrado en el Éxodo del Pentateuco (Primero cinco libros del Antiguo Testamento). Del término hebreo pésaj (פֶּסַח) proceden las palabras aramea y griega pásja, פַּסְחָא y πάσχα, respectivamente, que desembocarían en la palabra latina pascha y finalmente en el término pascua. Así, se tienen registros de la celebración del Pésaj desde el 1513 a. C., cuando el pueblo judío fue finalmente liberado y pudieron partir en busca de la Tierra Prometida, guiados por Moisés. Esta conmemoración tiene lugar durante el inicio de la primavera en el hemisferio norte, es decir, el 14 del mes de Nisán (entre marzo y abril) y dura entre y 7 y 8 días desde entonces, durante los cuales está prohibido comer cereales y fermentados, mientras que usualmente se come pan ácimo (sin levadura) o matzá, debido a que los hebreos no pudieron leudar el pan tras huir de Egipto y debieron comerlo así.

Anteriormente, durante esta celebración se comían hierbas bañadas en vinagre para rememorar la época en la que los hebreos fueron siervos de los egipcios y se narraban los apartados del Antiguo Testamento en donde se mencionaban las diez plagas de Egipto. Además de esto, se inmolaba un cordero por cada familia, el cual era conocido como Cordero de Pascua. Y durante mucho tiempo, la pascua judía y la cristiana se celebraron en la misma fecha y compartieron varios de sus rituales; pero esto cambio tras el Primer Concilio de Nicea en el año 325 d. C., cuando se decidió que la Pascua cristiana debía ser separada de su homóloga en el calendario. Aun así, algunas de estas tradiciones siguen estando vigentes en ciertas comunidades. También han variado las oraciones que se hacían anteriormente y las que se realizan en Israel: tiempo atrás se oraba por la lluvia entre el Pésaj y el Sucot, pero ahora se reza por el rocío, pues las estaciones calurosas de Israel son las estaciones secas, por lo cual la lluvia es más pertinente en invierno.

El Pésaj tiene su inicio en la tarde del día 14 de Nisán, que usualmente caer en abril dentro del calendario gregoriano. Usualmente esta noche es de luna llena y es equivalente al equinoccio vernal. Anteriormente, para asegurarse de esto, los judíos señalaban que el Pésaj no podía iniciar antes de que la cebada estuviera madura, lo cual es un indicador de la primavera. En caso de que no fuera así, se declaraba que el año era bisiesto y se intercalaba el mes de Adar II. Esto cambió luego del siglo IV, cuando pasó a ser instaurado un calendario más matemático que meteorológico. En Israel, dado que la festividad dura siete días, se consideran festivos el primer y el último día, en el cual se abandonan todas las actividades laborales y se realizan oraciones y comidas especiales, como ocurre en el Shabat. Entretanto, los días intermedios son conocidos como Jol HaMo’ed, que puede traducirse como “los días hábiles de la festividad”. Mientras tanto, por fuera de Israel la festividad dura ocho días, siendo los dos últimos y los dos primeros los días sagrados. Esto se debe a que hay un día extra que puede corregir algún error de cálculo con el calendario.

En el Levítico, el tercer libro del Pentateuco y del Antiguo Testamento, se hace referencia a esta festividad con el nombre de la Fiesta de las Matzot. Matzot es el plural del matzá, el pan sin levadura del Pésaj. En este apartado bíblico Dios les refiere a los hebreos la ubicación del Pésaj en el calendario y lo que deberán comer durante sus días, señalando además que no serán siervos en el último y el primer día de esta festividad, por ser de santa convocación. Así, se ordenaba la inmolación de un cordero o una cabra sin machas, de la cual no se removerían sus órganos internos ni se romperían sus huesos. Esto debería ser acompañado por el pan ácimo y las hierbas amargas antes descritas (maror). Todo esto debía ser comido durante la noche y antes de la salida del sol. De lo contrario, los sobrantes debían ser quemados. Sumado a esto, dicho banquete debía tener lugar en Jerusalén para los judíos y en el Monte Guerizín para los samaritanos.