¿Qué es el problema de los universales?

El problema de los universales es la forma como se denomina la cuestión de si las relaciones o las cualidades presentes en varias entidades (cosas, entes) son intrínsecas a ellas y a la realidad o simplemente son propias del habla y el pensamiento. Las cualidades de una entidad son tantas como adjetivos existan. Así, una entidad puede ser grande, pequeña, verde, angosta, cuadrada, gaseosa, luminosa, etc. El problema de los universales tuvo lugar en la Antigua Grecia y ha sido objeto de debate a lo largo de la humanidad, teniendo enfrentados a autores de Antigüedad, la Edad Media, la Modernidad y la Contemporaneidad.

¿Cuáles son las posiciones ante el problema de los universales?

Las posiciones ante el problema de los universales pueden reducirse a tres. Estas son:

  • Realismo platónico: que defiende la idea de que las cualidades existen en la realidad y son independientes del observador.
  • Realismo aristotélico: que defiende la idea de que las cualidades existen siempre y cuando existan entidades que las posean.
  • Antirrealismo: que defiende la idea de que las cualidades sólo tiene existencia en la mente como una forma de describir la realidad.

¿Cuál ha sido la posición de los diferentes filósofos a lo largo de la historia?

La posición de algunos pensadores que abordaron la cuestión a lo largo de la historia puede ser sintetizada de la siguiente forma:

  • Platón: pensaba que había dos mundos: uno en el que existían todos los universales con sus cualidades y otro sensible en el que sólo se veían sombras de las cosas. Platón pensaba que del primer mundo sólo se podían tener opiniones, pero que del segundo sí podía obtenerse conocimiento mediante generalidades.
  • Aristóteles: por su parte, Aristóteles estaba en desacuerdo con Platón, pues creía que sí era posible inteligir el mundo sensible a través de la observación de varios particulares para llegar a la idea del universal. Por lo tanto, según él, los universales sí se encontraban en la realidad.
  • Boecio: el problema de los universales fue introducido en la Edad Media por Boecio a partir de la traducción del Isagoge que realizó Porfirio. No obstante, Boecio no se arriesga a dar una solución.
  • Juan Duns Scoto: para este autor, padre del realismo escotista, las cualidades existen en la realidad, la cual está compuesta por particularidades. Para Scoto, las cosas poseen una haecceitas (que puede traducirse como esencia) que las diferencia de sus similares. Así, no hay una distinción entre existencia y esencia, sino únicamente una distinción entre las formas.
  • Guillermo de Ockham: para Ockham, discípulo de Scoto, los universales solamente eran palabras producto de la mente humana y no tenían un lugar en el exterior.
  • John Stuart Mill: para este filósofo inglés, las cualidades no podían existir independientemente las unas de las otras, sino que estas existían como parte de la composición de algo más grande.
  • Peirce: para este lógico estadounidense, padre del pragmatismo, los conocimientos más generales eran exteriores a la mente, aunque en general pensaba que no tenía sentido inmiscuirse en el problema si, al fin y al cabo, un juicio general tenía aplicación en la práctica.
  • Roger Penrose: para este autor, los fundamentos matemáticos son, al igual que el mundo de las ideas de Platón, verdades absolutas externas a la realidad independientes de la mente humana.