¿Qué es el suelo?

El suelo es la parte superficial de la corteza de la Tierra, la cual posee una actividad biológica provocada por la alteración de la roca y la actividad de los seres vivos sobre esta. La formación de distintos tipos de suelo depende de múltiples procesos, como la meteorización, la deposición eólica, la deposición de materia orgánica y la sedimentación de cursos de agua. Así mismo, el relieve, el clima, la litología y la biótica determinan en gran medida la formación de los suelos. A pesar de que los estudios acerca del suelo se conocen como ciencias del suelo, la principal disciplina dedicada a esta labor es la edafología.

¿Cuáles son los tipos de suelo?

El suelo puede clasificarse de varias formas. Así, según su estructura, puede clasificarse en:

  • Suelos arcillosos: aquellos que retienen el aguan y están conformados por finos granos amarillentos. Este tipo de suelo puede cultivarse si se mezcla con humus.
  • Suelos arenosos: aquellos que no retienen el agua, no sirven para la agricultura y poseen poca materia orgánica.
  • Suelos calizos: aquellos que por la gran cantidad de sales calcáreas son áridos, secos y de color blanco. Estos no son ideales para la agricultura.
  • Suelos humíferos: también conocida como tierra negra, son aquellos suelos oscuros que retienen en gran medida el agua, cuentan con una gran cantidad de materia orgánica en proceso de descomposición y son ideales para el cultivo.
  • Suelos mixtos: aquellos que comparten características con los suelos arcillosos y los arenosos.
  • Suelos pedregosos: aquellos que, como su nombre lo indica, están conformados por todo tipo de rocas, por lo que no son aptos para el cultivo ni retienen el agua.

Según sus características físicas, pueden clasificarse en:

  • Acrisoles: son aquellos que poseen una saturación menor al 50% en su horizonte de acumulación de arcilla.
  • Cambisoles: son aquellos suelos jóvenes que están en proceso de acumular arcilla.
  • Fluvisoles: son aquellos suelos jóvenes ricos en calcio y que han sido formados por depósitos fluviales.
  • Gleysoles: son aquellos suelos que poseen agua permanentemente o casi permanentemente, teniendo en sus primeros 50 centímetros fluctuaciones de nivel freático.
  • Litosoles: también conocidos como leptosoles, son aquellos suelos que tienen un espesor inferior a los 10 centímetros, por lo que pueden sostener vegetaciones bajas.
  • Lluvisoles: son aquellos que poseen una saturación superior al 50% en su horizonte de acumulación de arcilla.
  • Rendzina: son aquellos suelos que tienen un espesor de al menos 50 centímetros de profundidad. Estos se encuentran sobre roca caliza y son ricos en materia orgánica.
  • Vertisoles: son aquellos suelos negros y arcillosos que se contraen y expanden regularmente. Estos pueden encontrarse en escurrimientos superficiales y zonas de poca pendiente.