¿Qué es la homeóstasis?
La homeóstasis es la capacidad que tienen ciertos organismos para conservar su condición interna a pesar de lo que ocurra en el exterior. Este mecanismo es vital para la autorregulación de los seres vivos, y usualmente consiste en un intercambio regulado de energía y materia entre el interior y el entorno del organismo, como es el caso del metabolismo y los procesos de endocitosis (como la fagocitosis) y la exocitosis en las células. El concepto de regulación interna fue acuñado por el médico y teórico francés Claude Bernard en 1865, mientras el término de “homeóstasis” fue acuñado por el fisiólogo estadounidense Walter Cannon en 1926. La palabra como tal proviene de los vocablos griegos homo, que puede traducirse como “similar” o “igual”, y stásis, que puede traducirse como “estabilidad” o “estado”. En la actualidad, el término se aplica en diversas áreas más allá de la biología, como la psicología y las ciencias informáticas.
En los animales la homeóstasis puede verse a partir de tres mecanismos diferenciados:
- Elusión: cuando el ser vivo evita los cambios en el medio externo a través de diferentes estrategias, como la hibernación, la migración, el escondite, etc.
- Conformidad: cuando el ser vivo se adapta a los cambios del medio externo, recuperando en su interior poco a poco las condiciones previas a los cambios.
- Regulación: cuando el organismo del ser vivo realiza acciones para compensa los cambios en el medio externo.
¿Cuáles son los elementos de la homeóstasis?
Los principales elementos que intervienen en la homeóstasis son:
- Variable: es el elemento del ambiente interno que se controla.
- Sensor: es el elemento que percibe los cambios en la variable.
- Integrador: es el centro de control que recibe la información entregada por el sensor.
- Punto de ajuste: es el valor usual que debe tener la variable, sobre el cual se actúa.
- Efector: es la respuesta enviada por el integrador con el fin de conservar el punto de ajuste de la variable.
¿Cuáles son los tipos de realimentación?
Los tipos de realimentación de la homeóstasis son los siguientes:
- Realimentación negativa: aquella en donde la realimentación tiene como fin estabilizar el sistema actuando en dirección opuesta a la señal del cambio. Ejemplo de ello es la presión arterial, la frecuencia cardiaca, el pH de la sangre, la temperatura corporal y el ritmo respiratorio, entre otros.
- Realimentación positiva: aquella en donde la realimentación tiene como fin amplificar la señal del cambio, para luego actuar en contravía. Aunque en los organismos este tipo de realimentación es menos frecuente, puede encontrarse en casos como la producción de estrógenos, la ovulación, la coagulación de la sangre, las contracciones del parte y la generación de señales nerviosas.
¿Cómo se utiliza el término de homeóstasis en otras disciplinas?
Las principales disciplinas en las que el término de homeóstasis tiene relevancia son la psicología y las ciencias informáticas. En la primera, el concepto fue introducido por el mismo Walter Cannon en 1932 para describir el equilibrio entre las necesidades de un individuo y la satisfacción de las mismas; en la segunda, principalmente en la cibernética, se utiliza para designar a aquellos sistemas que son capaces de autorregularse. La primera persona en desarrollar un mecanismo con estas características fue el neurólogo William Ross Ashby en la década de 1940, bautizándolo como homeostato.