¿Qué es la ciencia?

La ciencia es un sistema estructurado de conocimiento que busca dar respuesta a los grandes interrogantes de la realidad a partir de teorías científicas, las cuales están sustentadas por experimentos, observaciones y evidencias. De esta forma, la ciencia se basa en la creencia de que la realidad existe independientemente del ser humano y posee unas funciones regulares y cuantificables por la inteligencia humana. Así que la realidad puede ser desentrañada por medio del método científico, que implica la observación de un fenómeno, la formulación de una pregunta y de una hipótesis que busque responderla, la comprobación de esta última por medio de la experimentación y el descarte o aprobación de dicha hipótesis con el fin de producir principios y leyes generales. El término proviene del latín scientĭa, que se puede traducir como “conocimiento”.

¿Cuál es la historia de la ciencia?

Si bien el método científico y muchas de sus disciplinas surgieron en la Modernidad a partir de René Descartes y el método cartesiano, se pueden encontrar indagaciones filosóficas y empíricas sobre distintos aspectos del Universo desde la Antigüedad e incluso antes de esta y a lo largo de la historia. Así, diferentes culturas alrededor del mundo formularon matemáticas y problemas lógicos; identificaron cuerpos celestes; desarrollaron métodos; objetos y construcciones de gran ingeniería y arquitectura; inventaron tratamientos médicos; desarrollaron lenguajes y sociedades complejas; y crearon taxonomías de animales, plantas, grupos sociales, minerales, valores, partes de la anatomía, etc. En el mundo griego, al igual que en muchas otras culturas, no existía una distinción entre el conocimiento abstracto y el práctico, por lo que la filosofía se encargaba de comprender el ser y al mismo tiempo la naturaleza y la realidad.

Uno de los primeros filósofos griegos que intentó alejarse de las explicaciones sobrenaturales para comprender el mundo a través de la evidencia empírica fue Tales de Mileto, fundador de la escuela de Mileto y que contaría con discípulos como Anaxímenes y Anaximandro. Por aquel entonces, los hebreos, los pitagóricos y las culturas orientales desarrollaron sistemas numéricos y ecuaciones. Después, en medio de la búsqueda de muchos filósofos por saber de qué estaban hechas las cosas, Leucipo y Demócrito propusieron que todas las cosas estaban formadas por unidades diminutas de materia, a las que llamaron átomos. Al trabajo de estos filósofos se les debe sumar el de Hipócrates, conocido como el padre de la medicina; el de Sócrates, que desarrolló un método para descartar hipótesis con premisas contradictorias (mayéutica); y finalmente el de Aristóteles, quien desarrolló la lógica para llegar a principios generales en varios campos del saber, así como las cuatro causas de todo fenómeno (materia, forma, agente y propósito)

Después de que el Imperio Romano se dividiera en dos y colapsara su parte Occidental en Europa, los estudios científicos y los avances tecnológicos dejaron de crecer al mismo ritmo que lo hacían en la antigüedad debido a las imposiciones de la Iglesia; aunque durante esta época se fundaron las universidades. No obstante, en el Imperio Romano de Oriente (Bizancio) se siguió cultivando la cultura y el conocimiento grecorromano. Cuando la capital de este imperio, Constantinopla, cayó a manos del imperio otomano, muchos eruditos escaparon y se exiliaron en Europa, principalmente en Florencia y otras ciudades italianas, trayendo consigo todo el conocimiento que había preservado. Esto generaría daría como resultado el periodo que se conoce como Renacimiento, en el que las indagaciones sobre la realidad dejaron de ser teocéntricas (centradas en Dios) para centrarse en el ser humano y sus circunstancias (antropocentrismo). Mientras tanto, en Oriente el califato Abbasid inauguró la Casa de la Sabiduría en Bagdad, Irak, donde se estudió a Aristóteles y a otros filósofos griegos y romanos. Este generaría la llamada Edad de Oro Islámica.

Durante el Renacimiento, hacia 1543, Nicolás Copérnico propuso el modelo heliocéntrico en oposición al modelo geocéntrico, lo que supuso una renovación sobre la forma como se pensaba el cielo, la Tierra y los demás cuerpos celestes. Esta teoría poco después fue comprobada por Galileo Galileo por medio de la observación astronómica con telescopios. Más tarde, Johannes Kepler, a partir de estas observaciones, formuló las leyes del movimiento planetario. A esto le siguió el descubrimiento de la circulación sanguínea por William Harvey y más tarde la publicación del Discurso del Método de René Descartes, donde definió el método científico para realizar futuras investigaciones. Esto abrió el camino a científicos como Baise Pascal, Robert Boyle, Robert Hooke, Isaac Newton, Christiaan Huygens, Gottfried Leibniz y Ole Christensen Romer.

Entre el siglo XVIII y el siglo XIX, gracias a los avances que se habían conseguido con la ciencia, surgió en Europa, principalmente en Francia, el movimiento ilustrado. Este promulgaba que el ser humano alcanzaría su pleno desarrollo si dejaba de lado la religión, las supersticiones y los estados monárquicos para entregarse al conocimiento. En consecuencia, Diderot y D’Alembert desarrollaron la Enciclopedia para hacer accesible el conocimiento a todas las personas, pues en ese entonces los avances científicos sólo eran divulgados en las tertulias y en las academias. Debido a esto, también proliferaron las revistas de divulgación científica y los libros especializados. Esto dio paso a la modernidad y más tarde a la revolución industrial, pues los conocimientos científicos de la época sirvieron o se pusieron al servicio de inventos y técnicas mejoraron los métodos de producción. Así, la ciencia permitió el desarrolló del alumbrado público, las máquinas a vapor, el motor de combustión, el teléfono, la televisión y finalmente la revolución informática.