¿Qué es el námaste?

El námaste, también conocido como namasté, es un vocablo sánscrito que se utiliza como saludo y despedida en varios países del sur de Asia, siendo equivalente al “hola” y el “adiós” de la lengua española. Este término proviene de los vocablos indios namas, que se puede traducir como “adoración” o “reverencia”, y te, que puede traducirte como “usted”, “a ti” o “tú”. Dada la antigüedad de la lengua sánscrita, el námaste debe tener una antigüedad de al menos 3500 años; y su origen debe encontrar en el norte de la India arcaica. Además del saludo, esta expresión también se utiliza para dar gracias, venerar a alguien, mostrar respeto, rezar o pedir algo. De tal forma que hace parte de los buenos modales de esta parte del continente asiático, pues representa el respeto hacia la otra persona.

Además de una entonación lenta y respetuosa, el namasté suele ir acompañado de un gesto que consiste en unir las palmas abiertas de las manos a la altura del ombligo, el pecho, la barbilla, la nariz o sobre la cabeza. Al igual que otras posiciones hechas con las manos, este gesto se considera como un mudra, un gesto sagrado para el budismo y el hinduismo. Para esta última, la palma de la mano derecha simboliza los pies de Dios y la palma de la mano izquierda simboliza la cabeza del fiel. Además de esto, se usa dentro del yoga como una forma de expresarle buenos deseos a los demás. Entretanto, este gesto en Japón se conoce como gasshō (合掌) cuando va acompañado de una inclinación.

Algunos investigadores sostienen que namasté tendría su origen en el persa نماز (namâz), usado en las oraciones islámicas prescritas. Así, esta expresión estaría relacionada con el término namaskrita o námaskara, que traducen “hacer reverencias” o “hacer adoraciones”. Estos términos se pueden encontrar en el Rigveda y el Atharvaveda, antiguos textos indios. Sin embargo, en Nepal y las regiones donde se habla hindi, se toman namasté y námaskara como sinónimos. Así, pueden encontrarse variantes del namasté en varios países asiáticos o en contextos determinados. Por ejemplo, cuando se quiere saludar a varias personas que están reunidas, se utiliza la expresión namovah, conformada por los vocablos namah y vah, plural de la segunda persona.