¿Qué fue la Revolución Mexicana?
La revolución mexicana fue un conflicto armado que sucedió al interior del país entre el 20 de noviembre de 1910 y 1917, aunque otros expertos señalan que el fin de la revolución ocurrió en 1920, en 1924 o en la década de 1940. Todo comenzó cuando Porfirio Díaz ascendió al poder el 28 de noviembre de 1876 y gobernó al país con políticas dictatoriales por más de 35 años, en lo que se conoce como el porfiriato o el porfirismo. Si bien durante este extenso mandato se reestructuró la deuda interna y externa, se redujo el gasto público, se fomentó la agricultura, se abrió la economía al mercado internacional, se promovió la educación y se comenzó a explotar petróleo, trayendo grandes beneficios económicos para el país y estabilidad política; las instituciones públicas se contagiaron de corrupción, se aumentó la desigualdad y se empobreció gran parte de la sociedad, provocando diferentes crisis sociales en varios sectores de la vida nacional.
Ante este panorama, Porfirio Díaz aseguró que pensaba abandonar su cargo en lugar de buscar una reelección, por lo cual su oposición se fortaleció y ganó adeptos entre la población. Así, Francisco I. Madero, uno de sus principales opositores, comenzó a realizar una serie de giras nacionales con la intención de formar un partido político que ganara las elecciones a la asamblea nacional y pudiera competir en las elecciones presidenciales. Así nació el Partido Nacional Antirreeleccionista en 1909. Sin embargo, pese a la promesa que él mismo había hecho, Porfirio Díaz se lanzó como candidato y ordenó el arresto de Madero por sedición, siendo este capturado en San Luis Potosí. Estando Madero en la cárcel, Díaz ganó la presidencia de nuevo.
Sin embargo, Francisco I. Madero consiguió escapar de la prisión en la que estaba y huyó hacia los Estados Unidos. El 20 de noviembre de 1910, en San Antonio, Texas, hizo un llamado a las armas para enfrentar al gobierno de Porfirio Díaz, dando inicio a la Revolución Mexicana. Así, se conformaron grupos armados en el norte del país que se enfrentaron a las autoridades gubernamentales y posteriormente la revolución se extendió a otras partes del país. Este primer momento de la revolución culminó cuando los maderistas se tomaron la Ciudad de Juárez, pues provocó que Porfirio presentara su renuncia y se exiliara en Francia. Tras esto, se realizaron nuevas elecciones y quedó elegido como presidente Francisco I. Madero.
Pese a que había encabezado la revolución y había logrado que Díaz saliera del país, Madero tuvo varios tropiezos durante su gobierno que propiciaron varias diferencias con algunos de los más importantes líderes revolucionarios. De esta manera, Pascual Orozco y Emiliano Zapata se levantaron contra el gobierno maderista. Sumado a esto, surgió un movimiento contrarrevolucionario encabezado por Victoriano Huerta
Este regreso al gobierno militar provocó que los revolucionarios, esta vez comandados por Francisco Pancho Villa y Venustiano Carranza, se lanzaran contra Victoriano Huerta. Después de un año de conflicto civil, en el que se incluye la ocupación estadounidense de Veracruz en 1914, con el propósito de enviarle armamento a las fuerzas de Carranza para continuar su lucha revolucionaria, Victoriano Huerta decidió renunciar a la presidencia y huir del país. Así, se concretó el Plan de Guadalupe, que buscaba terminar con cualquier vestigio del gobierno de Huerta y convocar nuevas elecciones. Sin embargo, este acontecimiento fue seguido por un periodo de gran inestabilidad política, pues los jefes revolucionarios tenían varias diferencias entre sí. Así, Carranza, como jefe revolucionario, celebró el 10 de octubre la Convención de Aguascalientes para elegir a un único líder. En esta convención los revolucionarios se decantaron por Eulalio Gutiérrez, quien fue designado como presidente de México; pero esto fue desconocido por Carranza y las hostilidades se reavivaron.
De esta manera, los constitucionalistas, al mando de Carranza, vencieron a los revolucionarios que apoyaban a Eulalio y finalmente Carranza consiguió ser presidente en 1917. Durante su mandato, este gobernante pudo proclamar la Constitución mexicana de 1917, lo cual marcaría el final de la revolución. Sin embargo, los conflictos al interior del país no cesaron y varios de los líderes revolucionarios fueron asesinados: Emiliano Zapata en 1919, Venustiano Carranza en 1920, Pancho Villa en 1923 y Álvaro Obregón Salido en 1928. Por estas razones, algunos historiadores sitúan el final de la revolución en 1920, cuando Adolfo de la Huerta ascendió al poder; o en 1924, cuando Plutarco Elías Calles subió al poder; o en 1929, cuando se fundó el Partido Nacional Revolucionario, renombrado después como Partido de la Revolución Mexicana o Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernaría al país durante los próximos 70 años. A lo largo de la revolución, murieron entre un millón y tres millones de personas, aproximadamente.
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