Las contusiones en los músculos y en sus articulaciones tendinosas suelen deberse a esfuerzos excesivos. También debido a un estirón, o una torsión súbitos, como los que se producen al hacer deporte o en un accidente, las acciones repetitivas, como las que imponen algunos trabajos, de igual forma pueden dañar con el tiempo músculos y tendones, una serie de trastornos musculares poco frecuentes pueden provocar debilidad y degeneración progresiva de los músculos.

Distensiones y Desgarros Musculares

Una ligera lesión por la extensión excesiva de un músculo se llama distensión; si es más grave (desgarro).

La distensión muscular indica una lesión moderada de las fibras musculares, producidas por un esfuerzo súbito. La leve hemorragia dentro del músculo causa hinchazón y dolor a la palpación, a veces con espasmos o contracciones doloras y un cardenal o hematoma visible. Cuando la lesión es más significativa, con un mayor número de fibras desgarradas o rotas y con dolor e hinchazón intensos, se habla de desgarro muscular. Tras una revisión médica para calibrar la gravedad, el tratamiento habitual es descanso, antiinflamatorios y a veces fisioterapia. En pocas ocasiones es necesario operar para reparar un músculo muy desgarrado. El riesgo de distensiones y desgarros musculares se reduce con una fase de calentamiento anterior al ejercicio.

Inflamación de los Tejidos Blandos

Por lo general son las propias defensas del cuerpo las que inflaman el tejido muscular al principio del proceso de curación.

El tejido muscular reacciona a las lesiones, como por ejemplo la de un golpe, con la hinchazón. El área afectada se calienta, enrojece y se hincha al cumular sangre y líquidos de los capilares y células rasgadas, los vasos sanguíneos se dilatan y los glóbulos blancos se congregan, atraídos por los residuos de las miofibras y de los tejidos. Al mover el muslo se siente molestia o dolor. En lesiones por esfuerzo muscular repetitivo, las cuales incitan a inflamaciones musculares más prolongadas, la causa básica es la repetición, a menudo durante largo tiempo, de un mismo movimiento es rápido e intenso, el riesgo aumenta. Las lesiones por acciones repetitivas, están relacionadas con muchas y variadas actividades diarias, desde el trabajo con ordenadores o en cadena hasta hacer deporte o tocar un instrumento musical.

Tendinitis y Tenosinovitis

La inflamación alcanza afectar al propio tendón, como en la tendinitis, o a las vainas tendinosas que lo cubren, como en la tenosinovitis.

La tendinitis se puede originar cuando un movimiento fuerte o repetido crea fricción excesiva entre la superficie exterior del tendón y un hueso adyacente. La tenosinovitis puede corresponder a un estiramiento excesivo o a un movimiento repetido que provoca inflamación de las vainas lubricantes que rodean algunos tendones. Ambos problemas pueden entenderse y ser parte del grupo de dolencias descritas arriba (inflamación de tejidos blandos), denominadas lesiones por esfuerzo muscular repetitivo. Entre las zonas propensas figuran hombros, codos, muñecas, dedos, rodillas y talones. Los síntomas de ambas dolencias son rigidez, hinchazón, dolor, calor y rubor de la piel supra yacente.

Rotura de Tendón

Una contracción muscular intensa y súbita o una fuerte torcedura pueden romper por completo un tendón.

Al realizar un deporte y levantar pesos inusualmente grandes pueden traducirse en roturas de tendones. Ejemplos de ellos, son las roturas de los tendones unidos al bíceps branquial en la parte superior del brazo o del tendón cuádriceps en la parte anterior del muslo y hasta la rodilla. Un golpe repentino que dobla al extremo de un dedo hacia la palma puede partir el tendón extensor en la parte posterior del dedo. En casos graves, el tendón puede incluso separarse del hueso. Algunos de los síntomas principales son sensación de vibración, dolor, hinchazón y limitación del movimiento. Algunas lesiones, como la rotura de tendón de Aquiles (en la parte posterior del talón), puede obligar a la intervención quirúrgica e inmovilizar la zona afectada con un yeso o férula, para evitar que se estire el tendón al principio de la curación.