¿Qué es la metafísica en general? ¿Cómo explicar que es la metafísica?

La metafísica es una de las ramas de las filosofías. Dado que su campo de acción es muy amplio, algunos creen que la metafísica puede ser entendida como la misma filosofía.

¿Qué estudia la Metafísica? ¿Cuál es el objeto de la metafísica?

Como rama de la filosofía, la metafísica se centra en el estudio de la estructura y los conceptos fundamentales que componen, o a través de los cuales comprendemos la realidad. Estos pueden entenderse entonces como el ser, la existencia, la entidad, el espacio, el tiempo, la causalidad o la propiedad, entre otros. A pesar de compartir objetos de estudio con otras disciplinas científicas, la metafísica se diferencia de estas en cuanto su argumentación no busca o no puede ser comprobada de forma empírica (a través de la experiencia).

No obstante, las ramas de las ciencias naturales que hoy se encargan de algunas de estas cuestiones tuvieron sus orígenes en los primeros razonamientos metafísicos. Podría sintetizarse todo esto diciendo que el objeto de la metafísica es comprender por qué las cosas del universo son de la forma en que son y, más importante aún, por qué son. Algunas de las principales preguntas que busca contestar la metafísica son: ¿Qué es el ser? ¿Qué es aquello que hay? ¿Por qué hay algo y no nada? ¿Por qué estoy aquí en el mundo?

La metafísica y el ser

Por otro lado, la metafísica tiene dos enfoques diferentes que radican en su forma de entender el ser. El primero de ellos gira en torno al concepto unívoco del ser, entendiendo que este es intrínseco a todas las entidades luego de que estas sean desposeídas de sus características individualizadoras que las hacen entes particulares. Por lo que, salvadas las diferencias entre unas cosas y otras, todas ellas comparten la existencia, todas ellas son. De manera que la oposición al ser en este enfoque es la “esencia”. Por el contrario, el otro enfoque gira en torno a la idea del ser como concepto analógico, pues es el ser ya no es una característica compartida por todas las cosas, sino un atributo particular que reciben todas las cosas de formas distintas. Siguiendo este hilo de ideas, el ser en este enfoque se encuentra en oposición a la nada.

Historia de la metafísica

En cuanto a la historia de la metafísica, se puede decir que el origen de esta se remonta a los filósofos presocráticos, quienes buscaban comprender el universo a partir de un principio fundamental (arjé). De esta forma, Parménides funda la ontología al inaugurar el término de ser/ente, el cual era, bajo su mirada, indivisible, incorruptible, inmutable, ingénito e inmutable, entre otras cualidades propias de él. Y luego consolidó tres principios para entenderlo: el primero: “el ser es y el no-ser no es”; el segundo, “nada puede transitar del ser al no-ser y de forma contraria”; y el último, “lo mismo es pensar que ser”.

Sócrates agregó el concepto de “logos”, el cual puede entenderse como la razón por la que una cosa es esa y no otra cosa distinta. A esta, sin embargo, sólo podía llegarse a través de la mayeútica. Por su parte, Platón toma el concepto socrático y construye sobre él el de “idea”, entendiendo que las ideas son anteriores a las cosas, las cuales sólo son representaciones de las primeras. Aristóteles habla en cambio de que hay una sustancia (ousía) que tiene independencia sobre las características (también entendidos como accidentes) y que posee todas las cosas. Para la Edad Media, en especial durante la escolástica, la metafísica estuvo en medio de un debate de si debía estar por encima o por debajo de la teología. Para la Modernidad, la metafísica fue dividida en tres: general (ontología), estudio del ente en tanto ente y metafísica especial, dividida a su vez en tres: de la naturaleza (cosmología), del hombre (psicología filósofica) y teología natural (teología racional). Para Kant, la metafísica sufrió un giro de tuerca, pues este comprendió que las cosas no se presentaban al hombre tal y como son, sino tal y como las interpreta a través de sus procesos lógicos. Esto lo dejó sentado en su célebre libro Crítica de la razón pura. Luego de él, surgió el idealismo alemán, el cual defendía que si las cosas no se presentaban como eran sino como las interpretaba cierto sujeto, los juicios que este tuviera sobre las cosas serían entonces absolutas, pues sólo en su pensamiento las cosas tendrían la capacidad de ser. Ante esto, Hegel compuso su Ciencia de la lógica al pensar que dentro de las cosas hay una identidad que encarna a su vez la posibilidad y la necesidad de diferenciación. Luego de esto, catalogado como el último de los aportes a la metafísica de Occidente, vinieron los pensamientos de Nietzsche y de Heidegger, así como de Moore y Russell y de Foucault, Derrida y Deleuze.