¿Qué es la morfología?
La morfología es la rama de la lingüística encargada del estudio de la forma de las palabras, clasificando sus componentes según la función que cumplan. Más específicamente, puede decirse que la morfología es el estudio de los monemas, unidades mínimas de las palabras. Según esta subdisciplina, las palabras están conformadas por unos monemas léxicos (lexemas) y unos morfemas flexivos o derivativos (gramemas). El origen de la palabra morfología proviene del vocablo griego morphḗ (μορφo), que puede traducirse como forma, y el vocablo logía (λογία), que puede traducirse como estudio o tratado.
¿Cuáles son las clases morfológicas?
Dentro de la morfología, se distinguen las siguientes clases morfológicas:
Lexemas
El lexema es aquel morfo a partir del cual se construyen diferentes palabras. Puede entenderse como la raíz de una palabra a la que más tarde se le agregarán otros componentes que determinen su número, género y otras características. Por ejemplo: el lexema de la palabra “carro” es “carr-”, y el de “amigas” es “amig-”.
Gramemas derivativos
Estos cumplen la función de afijos, pudiendo ser sufijos, prefijos o interfijos en el español. El sufijo es un gramema que tiene lugar luego del lexema (raíz). Por ejemplo: la palabra “franqueable” cuenta con el sufijo “-able”, con lo que la raíz “franqu-” se convierte en un adjetivo. El prefijo precede al lexema y, de igual forma que el sufijo, transforma una raíz en una palabra concreta. Por ejemplo, la palabra “antisistema” cuenta con el prefijo “anti”. Por otro lado, también existen interfijos, que no poseen un significado específico, sino que tienen la función de cohesionar el lexema con un sufijo o un prefijo determinado. Por ejemplo, la palabra “panadera” cuenta c on el interfijo “-ad-”, que sólo se encuentra ahí para unir el lexema “pan-” y el sufijo “-ero”. En otros idiomas existe además el infijo, que cumple la misma función del sufijo o del prefijo, pero se inserta dentro del lexema y no al final ni al comienzo de este.
Gramemas flexivos
Estos cumplen la función de determinar un morfo según su número o su género, aunque hay otros casos que tienen implicaciones sintácticas. El número gramatical determina la cantidad del lexema que interviene, pudiendo ser este plural o singular en el español. Este tiene lugar al final de la raíz con la letra “-s”, aunque pueden variar dependiendo de la palabra. Por ejemplo: casa (singular), casas “plural”. En nuestro idioma también es aplicable a los verbos y los adjetivos. Por ejemplo: realizó (singular), realizaron (plural); bonita (singular) bonitas (plural). En otros idiomas existen otros números gramaticales, así como otras formas de enunciarlos. En cuanto al género gramatical, en el español este puede ser femenino o masculino, y se expresa con la letra “-a” u “-o” al final del lexema, respectivamente. Por ejemplo: Ratón (masculino), ratona (femenino); bonito (masculino), bonita (femenino). Esta terminación puede variar dependiendo de la palabra, y es aplicable a sustantivos y adjetivos. En otros idiomas existen otros géneros gramaticales, como el neutro.
Morfemas independientes
Son aquellos morfemas clíticos (con escritura autónoma) que poseen independencia y que permiten la introducción de otros morfemas entre ellos y los lexemas. Estos pueden ser determinantes como “el”, “la”, “los”, “las”; preposiciones como “a”, “con”, “de”, “desde”, “hacia”, “según”, etc.; conjunciones como “aunque”, “pero”, “y”, “e”, “o”, etc.; y pronombres como di-“le”, Cuíde-“se”, “ella”, “él”, etc.